Oriol Regàs el mago de la «gauche divine»

Vivió una Barcelona que trataba de modernizarse entre los años 60 y 70. Creador e impulsor de talentos como Serrat o Dalí, y de establecimientos ya míticos en la noche barcelonesa como Bocaccio o Up & Down, el promotor y gurú de la llamada «gauche divine» acaba de publicar sus memorias «Los años divinos» (Destino). En sus páginas, Regàs relata vivencias y experiencias inolvidables, aparte de rememorar amistades que van desde García Márquez a Aznavour, pasando por Bofill, Gil de Biedma o Colita. El autor explicó a LA RAZÓN que con su libro «quiero ofrecer un mensaje positivo: la vida es para arriesgarse, pero también para disfrutarla. He confiado en mi instinto y muy pocas veces me ha fallado. Me anticipé a los cambios». Regàs ha estado diez años trabajando en el libro, pero «en un principio me negaba a hacerlo. Me preguntaba que a quién le podían interesar mis vivencias. Al final cedí y se ha convertido en un proceso largo. Por las mañanas me reunía con amigos para que me ayudaran a recordar, y por la tarde tomaba apuntes. Después, piano piano, lo escribí».Época irrepetibleHaciendo balance de esa Barcelona, a las puertas de la Transición y desesperada por abrirse a un aperturismo cultural, Regàs sostiene que «tuvimos suerte de vivir unos años maravillosos en los que había ganas de contar cosas y tomar copas. Nos llamaban vagos, pero no lo éramos porque trabajábamos muchísimo». El autor de «Los años divinos» también cree que esa Barcelona ha desaparecido. «La de hoy es más aburrida. Existe un cierto pasotismo. Me parece que a la actual lo que le falta es ingenio. Piense que en los 60 y 70 casi ni sabíamos que teníamos mar. Era una ciudad cerrada, aunque hoy ya no lo sea», comenta Oriol Regàs.La capital catalana era el hogar de la llamada «gauche divine», la definición creada por Joan de Sagarra siguiendo las palabras de Sartre. Cuando se le pregunta a Regàs por ese apelativo, hoy ya histórico, no puede disimular una sonrisa irónica: «No nos enteramos que éramos y creamos la "gauche divine"», recuerda. En las memorias, se puede apreciar como él ayudó a impulsar carreras y proyectos culturales. Pese a todo, el llamado «señor Bocaccio» no quiere verse como un mecenas: «No lo fui.Yo en realidad quería ser veterinario. Esa es mi verdadera vocación frustrada», desvela. Entre esos proyectos destacaron el realizar la ópera de Dalí «Etre Dieu». El pintor llamaba a Regàs «el único catalán que vale la pena». «Él fue un ser estupendo conmigo y era consciente de su personaje», dice. La casa de LlofriuDe otro amigo, Joan Manuel Serrat, asegura que «es entrañable. Cuando tuvo problemas con Franco me pidió que fuera a buscarlo a París porque tenía miedo de ser encarcelado». Regàs también tiene palabras para sus colegas escritores como García Márquez («asiduo de Bocaccio por el que sigo teniendo mucha consideración»), Gil de Biedma («un encanto de persona que venía muchas veces por nuestra casa de Llofriu») y Vázquez Montalbán («estaba un poco en contra de las cosas que hacíamos, pero era todo un personaje. Él trabajó con nosotros en la ópera de Dalí»).Una de las anécdotas más curiosas que publica el autor de «Los años divinos» es la de llegar a convertir a Josep Pla en asiduo de una discoteca. Del autor de «El cuaderno gris» asegura que «venía a Madox, la sala que teníamos en Platja d'Aro. Echaba un vistazo y se quedaba allí. Fue él quien me habló por primera vez de Llofriu, donde acabé por comprarme una casa y montar un negocio, la sala Tropical, con la que me arruiné». De todo ello hace balance el veterano Oriol Regàs en uno de los libros más esperados de la temporada.

Ideologías de discotecaRegàs admite que le siguen pidiendo que monte otro local como Bocaccio (arriba, una viñeta de Perich): «Quería que fuera algo más que una discoteca. Tuve suerte, aunque hoy es irrepetible, no existen locales como ése». Después, Oriol creó Up & Down: «Bocaccio era de izquierdas y Up & Down de derechas, al menos eso me decían», dice.

Título: «Los años divinos». Autor: Oriol Regàs.Editorial: Destino.Precio: 22 euros.