José María Lasalle
San Sebastián: la capital europea de la cultura esconde a ETA
Córdoba, la favorita, se quedó en el camino, mientras que la capital donostiarra se alzaba con el triunfo. La decisión fue duramente criticada al ver en la designación claros argumentos políticos que poco tienen que ver con la cultura.
Sorpresa fue la palabra que definió ayer el anuncio de la elección de San Sebastián como capital europea de la cultura. Las quinielas apuntaban al sur, a Córdoba, como ciudad con todas las papeletas para alzarse con el triunfo y compartir distinción con la localidad polaca de Wroclaw, la otra ciudad elegida. El anuncio lo realizó el presidente del Comité de Selección de la Capital Europea de la Cultura 2016 de la Unión Europea, Manfred Gaulhofer, acompañado de la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, y de Ann-Branch, representante de la Comisión Europea, una decisión que «no ha sido fácil», según aseguró el presidente del jurado, compuesto por siete miembros de instituciones europeas y seis más del Ministerio español nombrados por la titular de Cultura: Mireia Belil Boladeras, Enrique Cabero Morán, Emilio Cassinello Aubán, Javier Martín Domínguez, Cristina Ortega Nuere y Jordi Pascual Ruiz. Este título fue creado con el fin de contribuir al acercamiento de los pueblos europeos y es concedido por el Consejo de Ministros de la UE desde 1985. Tres han sido las ciudades españolas que habían sido distinguidas: Madrid (1992), Santiago de Compostela (2000) y Salamanca (2002).
Las reacciones a la designación se produjeron nada más conocerse la noticia. El edil de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, lamentó que hayan primado «cuestiones totalmente ajenas al mundo de la cultura» en la decisión final. Por su parte, Fernando Savater formuló en voz alta un deseo: «Ojalá la decisión sea para bien. Habrán tenido su peso la cultura, el paisaje, la gastronomía, todo. Para mí ya es capital de muchas cosas. Si sirve para promocionar la ciudad, me parece esupendo. Además, ya es hora de que seamos conocidos por algo más que nuestros cocineros». No obstante, había una pregunta: ¿Cuál es el proyecto de San Sebastián para 2016? Sus artífices la resumen en cuatro escuetas palabras: «Viaje hacia la convivencia», diseñado tras un «proceso participativo amplio y plural que persigue el compromiso social con los derechos humanos, la educación en valores y la creatividad». Así, bajo el lema «Olas de energía ciudadana», frase a la que acompaña un faro, San Sebastián ha convencido al jurado a través de un proyecto de escasa concreción que se titula «Cultura para la convivencia» y que fue guardado con recelo hasta el lunes, cuando se presentó en Madrid. A través de él se tratará de «fortalecer el compromiso social por los derechos humanos y la rebeldía cívica contra cualquier forma de exclusión y de violencia» para «avanzar hacia un clima de concordia cívica desde la que establecer la arquitectura emocional del futuro», expresiones, muchas de ellas, propias del diccionario abertzale.
El «conflicto vasco»
Entre las propuestas que le han dado a la ciudad la capitalidad destaca, «si las condiciones políticas y meteorológicas» lo permiten, organizar en julio de 2016 una cadena humana entre las localidades de Aduna y Tolosa «en recuerdo de las primeras víctimas del conflicto vasco» (términos con los que se evita hablar de «terrorismo», palabra que nunca se nombra). Además, se pondrán en marcha «embajadas itinerantes» en un barco que viajará por todo el arco atlántico, un tren transfronterizo, una carpa de circo y una oficina móvil... sin propósito explícito. Lo que está claro es que a la formación abertzale Bildu la designación les ha caído como «un regalo del cielo». La candidatura fue impulsada en la anterior legislatura por el ex alcalde donostiarra, Odón Elorza y contó con el apoyo unánime de todos lo grupos políticos. Entonces, la coalición abertzale no estaba representada en las instituciones. Durante la campaña electoral, Bildu se mostró ambigua con respecto a esta candidatura e incluso destacaron que «no recogía suficientemente el idioma propio».
El presidente del PP de Guipúzcoa, Borja Semper, destaca que «uno de los problemas de Bildu es que para ellos sólo existe una única lengua». Una vez que el nuevo alcalde, Juan Karlos Izagirre (Bildu) tomó posesión de su cargo, cambió el discurso y «comenzó a apoyar la candidatura», destaca el dirigente del PP. El edil aseguró ayer, en su discurso en euskera, que «se abre un proceso de ilusión. Se impulsará nuestra lengua y cultura, se trabajará por un nuevo periodo de normalización política y pacificación en nuestra tierra que culminará con una Donostia abierta al mundo y receptiva a todas las culturas en un marco de respeto democrático a las personas y a los pueblos», dijo. Los populares califican la noticia como «importante y magnífica», y advierten de los peligros que pueden existir al estar Bildu en el consitorio donostiarra estos cuatro años. «Pueden utilizarlo para realizar una interpretación ‘‘sui generis'' sobre sus ideas, promocionar lo que llaman la normalización lingüística... Es decir, que se cargarían la capital cultural», postura que también defendió ayer el portavoz del PP en el Congreso, José María Lasalle. Sin embargo, en el Ayuntamiento, la formación abertzale no cuenta con mayoría, por lo que Semper confía en que en la comisión correspondiente «se proteja y garantice el proyecto cultural como es debido. Hemos unirnos el resto de formaciones para que Bildu no contamine ese programa con sus soflamas políticas», añade.
«Un magnífico error» político
Tras la decisión del jurado, todos los partidarios de la candidatura favorita por presupuesto, programa, apoyo popular y aparato teórico pusieron el grito en el cielo. Y no fueron seguidores cualquiera. La ministra de Medio Ambiente y ex alcaldesa de Córdoba, Rosa Aguilar, ha calificado la decisión de un «magnífico error» del comité de expertos que ha valorado la búsqueda de la paz en el País Vasco. «El camino hacia la paz se refuerza de otra manera, dejando las armas», dijo la ministra, «dolida» con esta «injusta» decisión. A su juicio, Córdoba era «la mejor ciudad y por méritos propios», el proyecto ganador. De la misma opinión es el consejero de Cultura andaluz, Paulino Plata, que «respeta pero no comparte el fallo, porque para una decisión así sólo deben existir argumentos y razones culturales». Plata admitió estar «decepcionado» con las palabras del tribunal tras el fallo. Para la gerente de la Fundación Córdoba Cultural, Carlota Álvarez Basso, «la del jurado es una decisión arriesgada, pero ellos sabrán por qué la han tomado».
Bildu, sólo cultura euskaldun
El programa en materia de cultura de Bildu fue presentado en las pasadas elecciones por los denominados «agentes culturales». Estos son los puntos fundamentales sobre los que pivota su programa: Fortalecimiento del euskera, «que no es sólo la lengua de Euskal Herria, sino parte del patrimonio cultural europeo». Impulso de un debate sobre la política lingüística: «El euskera debe ser oficial en el conjunto de Euskal Herria». Entre sus medidas, Bildu anunció que destinarían «un 2 por ciento del presupuesto anual para reforzar la comunidad lingüística euskaldun». Impulso y fortalecimiento de la creatividad cultural de la ciudadanía, «que también socializaremos». «Daremos a conocer la historia de Euskal Herria y haremos todo lo posible por fortalecer la memoria histórica más cercana». Diseño de planes estratégicos para el desarrollo cultural de los emigrantes y minorías étnicas porque «Euskal Herria necesita de ellos». «La cultura es inversión y no gasto. Lo entendemos también como desarrollo y crecimiento».
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