Barcelona
Un pulso de siete días
Todavía faltan siete días, o una semana, o 168 horas o 10.080 minutos para el partido del siglo. Para que Barcelona y Real Madrid, los dos transatlánticos del fútbol español, choquen en el Camp Nou. Hasta las 21:00 horas del lunes 29 van a pasar muchas cosas en el mundo del deporte que no van a importar ni la mitad que cualquier pequeño suceso que tenga que ver con el gran clásico.
Esta semana hay Liga de Campeones, con tres partidos de equipos españoles; Rafa Nadal intentará en las próximas jornadas jugar bien en la rapidísima pista del O2 londinense en busca de la Copa Masters, su última frontera; Real Madrid, Barcelona, Unicaja y Power Electronics disputarán sus compromisos en la Euroliga de baloncesto; y ya en el fin de semana, se pondrá en marcha la 13ª jornada de la Liga BBVA.
Todos estos eventos deportivos tendrán su interés, sus sorpresas y hasta sus jugadas espectaculares, pero si Guardiola, por fin, contesta directamente a Mourinho, o alguno de los futbolistas se refiere con tono amenazante al enemigo, no existirá otra cosa en los minutos deportivos de radio y televisión o en los textos de los periódicos.
Es la semana previa al Madrid-Barça más decisivo de la historia. El más parejo, según Maradona, el que puede empezar a decidir el nombre del campeón y el que va a elegir el estilo que domina en el fútbol actual. Así que si algún deportista que no sea futbolista o entrenador de los dos «grandes» pensó en ocupar las portadas justo ahora, que se olvide.
La previa de este partido empezó a finales de mayo, cuando Mourinho fue presentado como técnico madridista. Ahora, la rivalidad alcanzará el límite. Antes de retarse en el Camp Nou, los blancos tienen que visitar al Ajax y los azulgrana al Panathinaikos, pero a quién le importa. El Barça no tiene asegurada la clasificación y, aunque los griegos visten de verde, una parte del cerebro de los barcelonistas estará pensando en un enemigo que viste de blanco.
Guardiola y Mourinho volverán a encontrarse después de las semifinales de «Champions» del curso pasado, cuando el portugués le susurró al oído a Pep que no «estaba todo decidido» a pesar de la expulsión de Motta. El carisma de ambos es casi tan grande como los equipos a los que dirigen, y otro clásico también muy interesante será el que ambos «disputen» desde el banquillo.
En el césped, los focos apuntarán a Messi y Cristiano, los mejores del mundo, que llegan al «día D» con la pistola humeante. Sin tratarse de delanteros puros, su eficacia goleadora es estratosférica. Son dos futbolistas «totales», listos para jugarse el mundo.
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