Estados Unidos
Amanda Knox blindada en EE UU
Aunque aún debe enfrentarse al Supremo en Italia, ya está a salvo en Seattle
Amanda Knox ya descansa en su casa de Seattle. La principal acusada por el asesinato en 2007 de la estudiante británica Meredith Kercher llegó a última hora de ayer a Estados Unidos después de que el día anterior fuera absuelta por el Tribunal de Apelación de la ciudad italiana de Perugia. Knox, quien compartía habitación con la víctima y había sido condenada en primera instancia a 26 años de prisión, tomó el primer vuelo disponible hacia su país en cuanto salió de la prisión donde ha pasado los últimos cuatro años.
También reposa en su casa familiar de Bari Raffaele Sollecito, el otro acusado. Este estudiante italiano era novio de Knox cuando se cometió el crimen y, según la Fiscalía, participó en la violación y asesinato de Kercher, quien fue acuchillada 43 veces. Al igual que la joven estadounidense, Sollecito también fue considerado culpable en el primer juicio, por lo que fue condenado a 25 años de cárcel. En todo momento ha defendido su inocencia, asegurando que ni él ni Knox estaban en la casa donde se cometió el delito, sino que se encontraban en su vivienda.
Mientras los dos acusados gozan de su libertad recobrada, la familia de la víctima lamenta la decisión del tribunal y dice no entender el cambio entre la primera y la segunda sentencia. Stephanie Kercher, hermana de Meredith, asegura que «no se esperaban» la absolución de Knox y Sollecito y garantiza que seguirán luchando para «saber la verdad». Su hermano, Lyle Kercher, lamenta que ahora vuelven a encontrarse en la «casilla de salida» para saber quién está detrás de la muerte de Meredith. En este largo proceso que les queda por delante, los Kercher cuentan incluso con el respaldo del primer ministro británico, David Cameron, quien pidió ayer que «no se olvide» la tragedia de esta familia destrozada.
En la liberación de Knox y Sollecito ha sido clave la desestimación de las pruebas de ADN. El cuchillo de cocina propiedad del estudiante italiano con restos de sangre de la víctima y trazos de ADN de la estadounidense no ha sido aceptado por el Tribunal de Apelación, aunque sí lo fue en el primer juicio. Al parecer, no había indicios suficientes en el cuchillo para que pudiese tomarse en consideración.
Lo mismo ha ocurrido con otras pruebas, como una percha, huellas dactilares y una pisada. Según algunos diarios estadounidenses y británicos, los errores cometidos en la investigación, especialmente en el tratamiento de las pruebas, explican la absolución de los dos acusados y la falta de sospechosos con que ahora se enfrenta el proceso.
Como es tan habitual en Italia, este caso también ha derivado en un enfrentamiento político. Angelino Alfano, ex ministro de Justicia y secretario general del partido de Silvio Berlusconi, lamentó que en Italia «los errores de los jueces no los pague nadie». Este ataque a la judicatura, objetivo habitual de las andanadas «berlusconianas», fue contestado de inmediato por el presidente de la asociación nacional de magistrados, quien recordó a Alfano que existen tres grados de juicio y lamentó que «no se pierda ocasión» para denigrar a los jueces.
La imagen
Amanda Knox era una estudiante brillante de Literatura en la Universidad de Washington cuando decidió ir a Perugia para aprender italiano. Durante su estancia en la cárcel lo ha aprendido y también ha tenido tiempo para escribir y leer las miles de cartas tanto de sus «fans» como de sus detractores. Ayer llegó a suelo norteamericano y todo apunta a que narrará su historia, primero en una exclusiva millonaria, para después escribir su propio «bestseller».
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