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Londres

Las embajadas británicas desbordadas con peticiones inéditas

Las embajadas británicas, cansadas de recibir peticiones tan extravagantes como conocer el número de pie del príncipe Carlos o ser liberado de una "dominatrix", publicaron hoy una lista de llamadas absurdas recibidas recientemente.

El Foreign Office recordó a los turistas británicos en el extranjero el verdadero papel de sus embajadas, consulados y altos comisionados alrededor del mundo, que habitualmente reciben solicitudes que no tienen nada que ver con sus funciones.

"Siempre intentamos ayudar dentro de nuestras posibilidades, pero hay límites. Nuestra prioridad es atender a la gente que se encuentra en situaciones realmente difíciles en el extranjero y no podemos perder el tiempo en ofrecer un servicio de conserjería", explicó el secretario de Estado de Asuntos Consulares, Jeremy Brown.

El responsable de las embajadas y consulados británicos, que reciben al año dos millones de consultas, recordó que su función es ayudar a las víctimas de delitos graves, dar apoyo a gente que ha sido detenida o que ha perdido a un ser querido durante su viaje.

Como vehículo para explicar su auténtica función y "dejar de perder el tiempo", el Ministerio de Exteriores ha publicado una lista de preguntas fuera de lugar, como la previsión del tiempo o sobre cómo conseguir entradas para un partido de fútbol.

Además, entre las peticiones registradas en los últimos seis meses se encuentra la de un hombre que llamó para solicitar el número de teléfono del cantante Phil Collins o la de una británica de vacaciones en Málaga que quería saber en qué restaurante podía celebrar la Navidad, ya que todos a los que había llamado estaban llenos.

Una de las más curiosas es la que hizo alguien desde España queriendo saber el número de pie del príncipe Carlos, ya que tenía intención de enviarle un par de zapatos como regalo. Entre las solicitudes más extravagantes se encuentra la de alguien que llamó a un consulado para que contactaran con su "dominatrix"ya que le había dejado inmovilizado en un aeropuerto, así como la de un expatriado en Grecia que pedía asesoramiento sobre cómo instalar un criadero de pollos en su jardín.

También hay quién, en Dubai, pidió a los servicios consulares que fueran a recoger a su perro al aeropuerto pues iba a estar de vacaciones, mientras una mujer en Florida pidió asistencia porque en su villa de vacaciones había hormigas.

Otro británico pretendía que el consulado de Sofía (Bulgaria) le vendiera su casa, y uno más solicitó ayuda porque en su apartamento de Moscú (Rusia) se oía un zumbido.

"La mayor parte de nuestro tiempo lo pasamos atendiendo solicitudes que no tenemos capacidad de resolver. Podemos tramitar documentos oficiales o hacer visitas al hospital, pero no podemos recoger a los turistas en el aeropuerto o hacer recados privados", denunció la cónsul británica en Tenerife, Maria Leng.

A principios de año, el Ministerio de Exteriores británico puso en marcha un servicio de atención telefónica en Málaga que atiende las peticiones de las embajadas y consulados en España, Portugal, Italia y Andorra y que consigue filtrar las que no son realmente importantes.