Actualidad
Aguilar González-Sinde y Garmendia
Rosa Aguilar
La ministra «roja»
La ex alcadesa de Córdoba, en año y medio pasó de ser uno de los referentes históricos de IU en España a formar parte de dos Gobiernos socialistas, el andaluz y el central. José Antonio Griñán la fichó en abril de 2009 como consejera de Obras Públicas de la Junta de Andalucía. En octubre de 2010, Zapatero se la arrebató y se apuntó un tanto con su incorporación a su Gabinete en sustitución de Elena Espinosa. Ahora, parapetada en su escaño, intentará frenar los ajustes del nuevo Ejecutivo. Sin embargo, la ministra «roja», como se la conoce por su adscripción ideológica, lo tendrá difícil por su pérdida de credibilidad, según le critican sus ex compañeros de IU, tras desertar de las filas de la coalición de izquierdas.
Lo que no hizo: entenderse con las organizaciones del Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino.
Lo que no debió hacer: asumir las culpas en la crisis del pepino.
Ángeles González-Sinde
Sin ley «antipiratería»
La ministra de Cultura volverá a su actividad cinematográfica, tras su breve paso por el mundo de la política. Sin embargo, deberá velar por no vulnerar la Ley de Incompatibilidades a la que están sujetos durante dos años los altos cargos de la Administración Pública. En su caso por la cartera que ha ocupado, estrechamente relacionada con su vida profesional, deberá redoblar su vigilancia por cumplir con la norma. Sin duda, será recordada por no haber conseguido convencer a su compañeros de Gabinete, especialmente al portavoz, José Blanco, de las bondades de aprobar la denominada «ley Sinde» contra la «piratería» en internet. Los ministros, con carné del PSOE, convencieron a Zapatero de la imagen negativa que supondría para los socialistas sacar adelante esa norma.
Lo que no hizo: no consiguió sacar adelante el reglamento de la «Ley Sinde»
Lo que no debió hacer: mirar para otro lado en la fiscalización de la Sociedad General de Autores.
Cristina Garmendia
Una renuncia anunciada
Después de tres años en el Gabinete de Zapatero, puede poner punto y final a su fugaz experiencia en el mundo de la política. Meses después de asumir las riendas de la cartera de Ciencia e Innovación en abril de 2008, ya se especulaba con su salida del Gobierno. Ella misma alimentó esta posibilidad. De hecho, no desaprovechó los encuentros empresariales a los que asistía para poner encima de la mesa su marcha inminente del Ejecutivo. Pese a ello, Zapatero aguantó el tirón y no se deshizo de su ministra. Eso sí, a partir de ese momento la titular de Ciencia e Innovación cayó en desgracia frente al presidente. Después de las fiestas navideñas, Garmendia, por fin, retornará a su mundo, el empresarial, aunque deberá ser cauta, por aquello de las incompatibilidades.
Lo que no hizo: no consiguió salvar la partida en investigación de las tijeras de Salgado.
Lo que no debió hacer: amagar con su salida del Gobierno.
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