España
Una ambición colectiva por Santiago Cervera
La pregunta que más veces he tenido que contestar durante la pasada campaña electoral era si la política podía servir para sacarnos de los problemas en los que estamos metidos. En ese cuestionamiento está encerrada la pesadilla de la crisis, pero especialmente la desazón ante lo incierto de nuestro futuro. Y ambos elementos son el fruto de casi ocho años de socialismo que no sólo ha destrozado nuestra salud económica, sino que también ha trastocado en profundidad un sistema de valores con el que nuestra sociedad se debería haber desempeñado.
Si echamos la vista atrás –aunque cueste en un día como hoy–, vemos que José Luis Rodríguez Zapatero ha sido el contramodelo del esfuerzo y la capacidad, el representante de la futilidad y el paradigma de lo inconsistente. España ha sufrido no sólo por su ejecutoria, sino especialmente por el mensaje providencialista que continuamente lanzaba, el de «el socialismo proveerá». No en vano, la campaña de Rubalcaba ha sido una desesperada apelación al miedo a perder prestaciones sociales como la Sanidad o la ley de dependencia, a la postre cuestionadas no por otra causa que por efecto de la actual insolvencia financiera de las cuentas públicas.
Por eso, la solución a nuestros problemas económicos es lo prioritario, pero no lo único que hay que hacer. Los electores han otorgado al Partido Popular un mandato claro, que va más allá del mero pragmatismo, y que tampoco es sólo una alternancia resignada por las circunstancias. Detrás de los votos está la pretensión de que España vuelva a ganar la fuerza y el prestigio que se obtiene demostrando capacidad propia de resolver los problemas, esfuerzo, pretensión sana de crecer como la nación de personas libres que sabemos ser. El cambio es esencialmente esto, es un ámbito de esfuerzos de todos que nos lleve también a compartir una ambición colectiva.
Hoy empieza el tiempo del sentido común y la solvencia política. El trabajo no va a ser fácil –la canción decía «no pain, no gain»–, pero muy pronto veremos que hay un camino de salida para todo esto.
Mariano Rajoy representa las ideas, las actitudes y el liderazgo de los que hay que disponer para asentar la confianza que merecemos, dentro y fuera de nuestro país. He contestado muchas veces, durante estos días, que la prueba de que hay salida es que los españoles iban a optar por el cambio. Así ha sido.
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