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Salvavidas a autónomos por Lorenzo Amor

La Razón
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El plan que el Gobierno está poniendo en marcha para que las administraciones públicas abonen de una vez por todas las deudas con sus proveedores es una de las operaciones más ambiciosas que nunca ha acometido un Ejecutivo. No lo digo sólo porque supone una inyección de liquidez para empresas y autónomos, ni siquiera porque la medida posiblemente evitará que muchísimas microempresas –muy castigadas por la crisis y actualmente en la cuerda floja– eviten una quiebra cierta, ni tampoco porque, en un ejercicio de transparencia sin parangón, provoque un afloramiento de toda la deuda semioculta que tienen las corporaciones locales. Lo digo por el enorme impacto que va a tener en nuestra economía.

Por un lado, se pondrá el contador a cero del endeudamiento de las administraciones con sus proveedores facilitando la aplicación de la ley de morosidad que se estaba incumpliendo permanentemente. También mejorará el nivel de confianza en nuestro país y los autónomos podrán acometer sus actividades con renovado espíritu para que, unido a la reforma laboral, vuelvan a contratar, algo que necesita urgentemente nuestro país.

Lo único que hay que exigir al Gobierno es que diseñe un sistema de cobro que sepa apreciar la grave situación de los autónomos. Es necesario que la prioridad a la hora de cobrar las facturas aplicado a quien acepte una quita no se aplique a pequeñas deudas, por ejemplo, a las inferiores a 50.000 euros, para que los más frágiles y los que más urgencia tienen en cobrar, los autónomos, no se vean obligados a admitir condiciones leoninas.

 

Lorenzo Amor
Presidente de la Federación de Asociaciones de Autónomos-ATA