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Nuestras grecias por Carlos Rodríguez Braun

La Razón
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Las comunidades y los ayuntamientos son en muchos casos nuestras grecias, pozos sin fondo de dinero público que hasta ahora han encontrado otro que pague la cuenta. La irresponsabilidad de los políticos griegos ha sido financiada por los contribuyentes europeos. La irresponsabilidad de nuestros gobiernos autonómicos y municipales será financiada por los contribuyentes españoles.

Los mecanismos no son muy diferentes. Primero, hay una excusa impecable: el daño que la morosidad de las AA PP ha provocado. Segundo, hay otra excusa impecable, idéntica al juego de palo y zanahoria que se traen las autoridades europeas y el FMI con el Gobierno de Atenas: te damos dinero pero a cambio de ajustes.

No hay deuda que no se pague, reza el proverbio. Aquí se pagará, pero una clave del intervencionismo, a saber, la oscuridad, es omnipresente. El proveedor se presenta a cobrar, al ICO o a algunos bancos. Cobra y ya está ¿verdad? Pues no. De entrada deberá asumir recortes, por ejemplo, renunciar a los intereses de demora, hacer frente a gastos de gestión, comisiones bancarias, etc. Además, el problema ha cambiado de forma, pero no ha sido resuelto. El ICO y los bancos tendrán en su balance todavía más deuda pública municipal y autonómica. Algunas administraciones deudoras, como saben que esa deuda sigue existiendo, aunque ahora no con los proveedores sino con el sector financiero, dan largas, piden más plazo, y confían en que los «hispanobonos» o algún otro apaño de similar catadura les permita disolver parte del pasivo, abaratarlo, retrasarlo, etc.

La chapuza griega, por cierto, ha costado una fortuna a los ciudadanos europeos y aún no ha dado resultados reseñables. Toquemos madera o, más bien, si aún la conservamos, toquemos, ocultemos y protejamos ese gran objeto de deseo del poder: nuestras carteras.