Villaverde

Marbella homenajeará al Marqués de Villaverde por Jesús Mariñas

Sean Connery junto a su esposa, Micheline
Sean Connery junto a su esposa, Michelinelarazon

Mientras su primogénita no deja de asombrar en cada nueva salida, adaptándose a los tiempos con un saber estar admirable, el Marqués está a punto de recibir un homenaje en el hotel Incosol de Marbella del que fue impulsor y primer director. En los tiempos durante los que la cirugía cardiaca estaba en mantillas, Villaverde fue su propulsor en la España acomodada de su suegro, Francisco Franco. Una circunstancia familiar que más que benficiarle, dificultó su carrera. Los árboles no dejaban ver el bosque y muchos creían que Villaverde no pasaba de «yernísimo» cuando fue reconocido primer espada europeo en su especialidad. Gracias a él vino el entonces consagrado doctor Barnard.Pero lo de ahora se centra en Marbella y ese Incosol, pionero español, que en los 70 marcó una auténtica revolución. Eran los años del incipiente «boom» turístico de la capital de la Costa del Sol, un tiempo en que López Esteras, actual propietario del centro, tenía a sus pies el chalé de Deborah Kerr y Peter Viertel, y que ahora pretende recuperar. Ya lo ha hecho con el busto del Marqués que durante años presidió las instalaciones donde Mona Jiménez creó un almuerzo a base de lentejas durante el que se conocieron Isabel Preysler y Miguel Boyer, retirado después de su muerte y guardado por la viuda Barreiros. Sólo están pendientes de que la duquesa de Franco dé fecha para una recuperación.Una noticia positiva que entibia esa actualidad denigrante del centro turístico. Bien que aparezca Julián Muñoz en los telediarios compartiendo tropelias con Isabel Pantoja o un Sean Connery siempre protegido por su implacable Micheline, en tiempos, reinona de la noche. Le implican en una operación de tráfico de influencias en tiempos de Gil y Gil. Pero recuerdo que Connery vendió su casa cabreado a causa de lo que entonces se tomó como un atropello: alargaron el Paseo Marítimo, quitándole su acceso a la playa, montó una buena y acabó abandonando Marbella como Deborah y Viertel, enfadados porque trazaron una carretera nueva que recorría su jardín. Fue el principio del fin de lo impulsado por Alfonso de Hohenlohe, cuando la temporada se iniciaba en Regine's, más tarde retomado por su enemiga Olivia Valére. Y ahí sigue. Aunque la Justicia reclame el testimonio de nuestro James Bond particular, supondrá un lamparón más en la oscuridad de Marbella. A ver si lo de Incosol, con Cristóbal Martínez Bordiú, mejora la imagen.