Atenas

Socialistas y conservadores luchan en la recta final por evitar la sangría de votos en Grecia

En la recta final de la campaña para las elecciones parlamentarias en Grecia el próximo domingo, los dos históricos partidos del país, los socialdemócratas del PASOK y los conservadores de Nueva Democracia (ND), tratan de recuperar el terreno perdido durante los meses de Gobierno en coalición.

Las duras medidas de austeridad que el Ejecutivo de unidad bajo el liderazgo del exbanquero Lukás Papadimos ha tomado a cambio de seguir recibiendo ayuda internacional han provocado que el apoyo a ambos partidos, que antaño sumaban el 80 % del voto, se haya visto reducido hasta en torno el 40 %. El principal objetivo en los últimos días de campaña es convencer al 20 % de electores que, de acuerdo a los sondeos, permanecen indecisos sobre su voto.

El PASOK, ganador de las anteriores elecciones con un 43 % de los sufragios y al que las encuestas otorgan entre el 15 y el 18 %, ha prometido que mitigará el desempleo, que se eleva ya hasta el 21 %, y que buscará una solución alternativa para los 150.000 funcionarios que la UE exige despedir.

Su líder, el exministro de Finanzas, Evangelos Venizelos, ha asegurado que renegociará el memorándum firmado con la UE -qué el mismo firmó y negoció- con el objetivo de ampliar de dos a tres años el plazo para llevar a cabo los recortes exigidos por Bruselas por valor de 11.500 millones de euros y también ha prometido que, a partir de 2015, no habrá más medidas de austeridad.

Por su parte, el líder de ND, Antonis Samarás, ha anunciado que si gana las elecciones como prevén las encuestas (con entre un 20 y un 25 % de los votos, frente al 33 % logrado en 2009), su Gobierno "cambiará todo", a pesar de que él también se comprometió por escrito a respetar el memorándum.

Los ejes de su política económica pasarían por aumentar las ayudas sociales, reducir los impuestos y, a la vez, respetar los compromisos con los acreedores, algo que a priori parece imposible dado que Grecia aún está lejos de cumplir los objetivos de déficit presupuestario marcados por la UE.

"Ningún tipo de promesas preelectorales cambia el hecho de que Grecia ha firmado estas condiciones (de austeridad) y los acreedores esperan que las respete", critica el consultor financiero Philip Ammerman, residente en Atenas.

"Aunque cuestiones menores puedan ser renegociadas, nadie cuenta con una renegociación completa de los puntos principales. Sugerir otra cosa es llevar a cabo una desinformación deliberada", agrega el experto en un análisis preelectoral publicado en su blog.

A pesar de haber compartido más de cinco meses de alianza en el Gobierno y de que los acreedores esperan que tras las elecciones se reedite una coalición entre ND y PASOK que continúe con las reformas exigidas, Samarás y Venizelos no han ahorrado descalificaciones el uno hacia el otro.

"Los que hablan de un Gobierno conjunto son los que quieren que nada cambie. Lo hemos dicho claro: no queremos gobernar con ellos (PASOK)", dijo Samarás el miércoles durante un mitin en Salónica.

El líder conservador ha llegado a decir que si su partido no logra la mayoría absoluta presionará para que las elecciones se celebren de nuevo y algunos medios griegos hablan ya de la posibilidad de unos nuevos comicios en junio.

Esta idea ha sido duramente criticada por Venizelos, quien arguye que regresar a las urnas sólo "dañará al país"y "prolongará la incertidumbre".

De hecho, el equipo directivo de la "troika"que forman la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional, tiene previsto llegar a Atenas a finales de mayo para planear junto al nuevo Gobierno -si lo hay- los nuevos recortes y dar un empujón al proceso de privatizaciones.

Pero esas fechas parecen ahora muy lejanas, y ND y PASOK no sólo están inmersos en la lucha entre ellos sino que los frentes se les multiplican.

Es que tanto a la izquierda como a la derecha de esa formaciones han surgido nuevos partidos que amenazan con quebrar la hegemonía de la que socialdemócratas y conservadores han disfrutados desde el retorno a la democracia en Grecia en 1974, y los sondeos apuntan a que en la próxima legislatura hasta diez formaciones podrían estar representadas en el Parlamento.