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Panda de niñatos

La Razón
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¿Cómo unos niñatos impresentables, con pretensiones de estrellas mediáticas cutres y chulescas, pueden descojonarse de la Justicia, de las leyes, de una joven muerta, de sus padres, y de paso, del resto de españoles que pagamos las garantías jurídicas de estos niñatos? Si estos indocumentados pueden jugar con el estado de derecho de esta manera tan burda, no quiero pensar lo que hará Bin Laden cuando le pillen.

Dos años sin Marta y todavía nadie ha sido capaz de encontrar su cuerpo, ya no digo depurar responsabilidades. Con todos los soplones y las filtraciones interesadas que suelen darse en otros casos, ¿aquí no han conseguido nada? ¿Consiguen que los terroristas canten la Traviata y con ellos ni entonarla?. Raro, muy raro. Preocupa que cada sesión de este juicio se convierta en una mera pantomima, televisada para mayor gloria y regocijo de estos niñatos amnésicos, y que la justicia no haga nada para remediarlo. Su sensación de impunidad genera inseguridad legal a quien lo contempla. No es creíble que el imperio de las togas no tenga mecanismos para cortar este derroche de chulería y maldad. Les asiste el derecho de no declarar, pero a Marta también le asistía el derecho a la vida y a la dignidad y no veo que nadie haga nada para preservarlos. No sólo urge redactar una nueva Ley del Menor, también mucho del funcionamiento de la justicia que da vergüenza y asco. Desconfío de los jurados populares pero visto lo visto dudo de si será mejor un tribunal profesional. Marta podemos ser todos. Ánimo a sus padres.