Corea del Norte
Mosaico por Alfonso Ussía
Aunque se enfade mucho el señor Tremosa, del que tengo entendido que es eurodiputado de Convergencia y Unión, una persona libre y normal no se dedica a colaborar con los mosaicos humanos. Puede participar en un mosaico todo aquel que haya nacido en Corea del Norte. En ese caso, el ridículo se salva, porque en tesitura contraria, no levantar la cartulina conlleva el inmediato ingreso en prisión y posterior ejecución en plaza pública. En la enciclopedia mundial de las tonterías humanas, que es el «Libro Guinness de los Récords», se ensalzan bobadas colectivas de pareja necedad a la de los aficionados a formar multicolores mosaicos. La paella más grande del mundo, y el bocadillo de salchichón más largo de cuantos se han hecho hasta la fecha. Creo que en la elaboración del bocadillo de salchichón más largo –que alcanzó quinientos metros de longitud–, colaboraron mil seres humanos afanosos y entusiastas. Una tontería como otra cualquiera. Hubo fiesta y baile en la localidad salchichonera para celebrar la rotunda majadería.
El señor Tremosa, del que –insisto–, tengo entendido que es eurodiputado de Convergencia y Unión, de lo cual mucho me alegro y le envío desde aquí mis más cálidas congratulaciones, se ha sentido molesto por un «tuit» del director de «El Mundo» alusivo al nazismo sobre un gráfico que recreaba la gigante señera aragonesa que formarán todos los espectadores del «Barça»-Real Madrid en el Camp Nou. No es justo el enfado. Los nazis eran también muy partidarios de los mosaicos humanos, como los soviéticos. En Cuba, no hay hombre o mujer que se equivoque cuando de formar un mosaico humano y revolucionario se trata. En las sociedades oprimidas –y los nacionalismos son opresores por definición–, los mosaicos humanos salen mejor y más bonitos que con muchedumbres libres. La libertad no tolera ese tipo de obligaciones. Se acude al futbol, se paga la entrada y encima se le obliga al pagador a levantar una cartulina. Muchos de los que colaboren en la noche de hoy con tan clamorosa y estallante chorradita, no lo harían de no sentirse vigilados por el vecino del asiento adyacente, temor impuesto en los sistemas policiales para controlar mejor la magna obra a mostrar. En el Real Madrid, últimamente, han intentado copiar la modita del mosaico, pero sale fatal. No somos disciplinados los del viejo Foro. Siempre hay centenares de portadores de cartulinas que se olvidan de mostrarlas, y los mosaicos del Bernabéu, por libres e indisciplinados, son chungos y alopécicos, poblados de calvas, auténticos churros. Eso sí, a los niños menores de diez años les hace ilusión contribuir al espectáculo, y se lo pasan bomba, como en la mañana del día de los Reyes Magos.
No tengan la menor duda de que el mosaico de esta noche en el «Camp Nou» va a ser impresionante. Allí son disciplinados y constantes en este tipo de manifestaciones. Es posible, incluso, que aparezca una fotografía general del gran estadio barcelonista en la próxima edición del «Guinness de los Records». Será un premio merecido, y es de esperar, que por un emocionado descuido con objeto de contemplar la belleza unánime del mosaico, al señor Tremosa no se le olvide alzar su cartulina. En tal situación, no le arrendaríamos las ganancias ni podríamos asegurarle su renovación como eurodiputado por Convergencia y Unión, lo cual sería una verdadera lástima, escrito sea de paso.
El espíritu europeo responde al triunfo del individualismo sobre el colectivismo. Las multitudes amaestradas en este siglo XXI sólo se dan en determinadas ideologías de muy limitada recomendación. Eso sí, el mosaico será una obra perfecta, preciosa, con esa señera del Reino de Aragón perfectamente desplegada por la obediencia debida.
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