El mercado suspende a las agencias y aprueba las reformas

El mercado está con España, valora sus reformas (financiera y laboral) e ignora las rebajas de calificación de las agencias de rating. El acoso de la «triple entente» de la solvencia –Moody's, S&P y Fitch–, que en la víspera recortó la nota del país y de los principales miembros del sector financiero, no impidió que el Tesoro lograra captar ayer 5.445 millones de euros en Letras a doce y dieciocho meses. Además, la subasta de deuda se colocó a un menor coste por octava vez consecutiva y la demanda por parte de los inversores se disparó hasta los 13.900 millones, 2,55 veces el capital adjudicado.

En concreto, el Estado captó 2.943,19 millones de euros en Letras a doce meses, títulos por los que tuvo que ofrecer un interés del 1,949%. El coste de la subasta se redujo un 9,35% frente a la de enero –2,15% de rendimiento al mismo plazo–, y el Tesoro tendrá que abonar un cupón de 57,4 millones a los inversores el 15 de febrero del año que viene.

A dieciocho meses, el Tesoro adjudicó 2.502,52 millones de euros con un interés del 2,395%, un 3,8% menos que en la subasta de enero, cuando tuvo que prometer un cupón del 2,49%. Las Letras colocadas ayer vencen el 23 de agosto de 2013, y el Estado tendrá que abonar entonces 59,94 millones a los inversores en concepto de rendimientos.

Buena prueba de que los inversores hacen caso omiso de las rebajas de calificación de las agencias es que Italia, que también sufrió una rebaja de nota en la víspera, cerró una exitosa subasta de deuda con menor coste. En concreto, colocó 6.000 millones de euros en bonos a 3, 5 y 10 años después de haber captado el lunes otros 12.000 millones en títulos a corto plazo.

La economía transalpina es, sin duda, la principal beneficiaria de la bonanza en los mercados de deuda durante el presente ejercicio y la que mejor está rentabilizando la macrosubasta de liquidez del BCE de diciembre en términos de riesgo país.

El 30 de diciembre de 2011, Italia tenía una prima de riesgo de 528 puntos básicos, mientras que su diferencial frente a Alemania despidió ayer la sesión en los 366,9 puntos, es decir, un 30,5% menos. En comparación, España tenía un «spread» de 326 puntos a finales de 2011 y hoy es de 338,2 puntos, un 3,7% más. Como consecuencia, la brecha que separa ambas deudas –la española y la italiana– en el secundario se ha reducido, al pasar de los 202,05 puntos de 2011 a los 28,7 puntos de ayer, una caída del 85,8% en sólo mes y medio.

La economía transalpina gana la partida a España en este ámbito, ya que partía de una posición peor, y los inversores han premiado los ajustes de Mario Monti hasta equiparar el riesgo de invertir en Italia al de hacerlo en España. Antes de que termine el mes de febrero, es previsible que ambas primas de riesgo se igualen poniendo fin a ocho meses de castigo en los mercados.

Caídas en Bolsa
Donde sí influyó la rebaja de rating de S&P y Fitch fue en la renta variable, ya que todos los valores del sector financiero, a excepción de Bankinter, cedieron ayer terreno en el mercado continuo nacional. Los recortes oscilaron entre el 2,32% de Caixabank y el 0,22% de BBVA, mientras que Santander recortó un 0,9% de su valor. Las caídas de la banca condenaron la evolución del Ibex 35, que recortó un ligero 0,19% y desdibujó la subida provocada por el éxito de la subasta del Tesoro a media sesión. El resto de índices europeos despidieron la jornada con descensos similares, aunque el parqué milanés esquivó el signo negativo con una subida del 0,47%.

Montoro tilda de «paradójica» la rebaja de nota
El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, consideró ayer «paradójica» y «contradictoria» la rebaja aplicada a la deuda española por las tres firmas de calificación crediticia, que «por un lado valoran positivamente las reformas y después determinan con su criterio lo contrario», como hizo Moody's el lunes. En una entrevista con la emisora Onda Cero, el titular de Hacienda admitió que «sin duda» existe un peligro de contagio de Grecia a España «bastante evidente» y, por ello, apuntó que todos los países del euro deben sacar una lección: las reglas deben respetarse y es «lamentable» que en algunos países esas normas no sean aceptadas.