Educación y sexismo

El lunes pasado, LA RAZÓN publicaba un reportaje sobre los colegios de educación diferenciada, a los que este Gobierno también quiere maltratar. Las cifras hablaban por sí solas: imparten este tipo de educación 150 centros en España; 210. 000 en el mundo. La media de fracaso escolar en ellos es del 5%, frente a la media general del 30%. El 95% cuenta con un exceso de demanda y el 30 de las solicitudes para el primer curso no pueden atenderse. Se colige, por tanto, que funcionan bastante bien, y lo que funciona bien es mejor no «meneallo». De ahí la preocupación de muchos padres, sabedores de que este Gobierno suele meter las narices en todo aquello que no le concierne, pues es del ámbito privado de la ciudadanía o, lo que es peor, en aquello que no puede controlar. Expondré mi experiencia personal. Soy profesor de una universidad pública, por lo que defiendo este tipo de enseñanza. Pero llevo a mi hija a la Union Chrétienne de Saint Chaumond, el mejor colegio francés de España.

Es un colegio de monjas, de educación diferenciada, del que las niñas salen perfectamente educadas, bien preparadas, y saben tratar con chicos sin problemas. Porque en este nivel he dejado de creer en la enseñanza pública, no por sus profesores, sino por las autoridades educativas. Y he de decir que la separación por sexos es absolutamente necesaria hasta, al menos, los 16 años, pues los desarrollos (físicos y psíquicos) de los dos sexos son muy dispares y necesitan tratamientos específicos. Las niñas se desarrollan mucho antes que los niños. No hay, por consiguiente, en este tipo de enseñanza, argumentos sexistas ocultos. Hay sentido común.