Siria

Asad aplasta el foco rebelde del centro de Alepo

Los rebeldes sostienen que es una retirada táctica, a la espera de armas

Una embarcación con 160 refugiados sirios arriba en Calabria (Italia)
Una embarcación con 160 refugiados sirios arriba en Calabria (Italia)larazon

TELRAFAH (NORTE DE ALEPO)- Al grito de «Allahu Akbar» y con disparos en el aire de Kalashnikov, un centenar de combatientes rendían sus honores a los últimos caídos de la batalla de Saladino. Los cuerpo sin vida del comandante Omar Abdel Raman y su lugarteniente, Aiman Aleto, del batallón de Al Bara Ibn Malik, fueron trasladados en una «pick up» custodiada por dos furgonetas repletas de rebeldes a la mezquita de Telrafah. Sobre las 7:30 de la mañana, los cañones de tanques del Ejército sirio penetraron en el edificio donde se resguardaban y los soldados escalaron hasta la azotea y lanzaron una cascada de granadas. Otros compañeros resultaron heridos. «Nos hemos retirado del centro de Saladino, que ahora está totalmente bajo control del régimen, pero todavía seguimos presentes en otras zonas del barrio. Es una retirada táctica, a la espera de poder almacenar más municiones y armas para seguir la lucha», aseguró Abu Walid, herido en la pierna por una granada. «Nosotros estamos concentrados en Hamdaniya, donde hemos atacado 12 tanques del Ejército. En Saladino destruimos seis tanques y dos blindados», dice orgulloso. «Alepo es más grande que Homs y el Ejército aún no lo ha recuperado en un año y medio. Ellos toman las calles durante el día, y nosotros las recuperamos por la noche», cuenta otro combatiente

El pueblo entero se congregó en la explanada de la mezquita. No sólo las mujeres, sino también los hombres lloraban desgarrados por las pérdidas, mientras avanzaban en procesión hacia el cementerio. En los últimos días Telrafah se ha convertido en objetivo de los aviones MiG-21, que atacan con una frecuencia de cinco veces al día, después de que un grupo de combatientes del Ejército Libre de Siria (ELS) intentara atacar hace dos noches con lanzacohetes el aeropuerto militar de Minah, a dos kilómetros al norte.

Todavía no había salido de la mezquita la comitiva funeraria cuando un caza ruso sobrevoló el cielo de Telrafah provocando el pánico. Todo el mundo echó a correr despavorido, intentando protegerse en los soportales de las casas o en las tiendas vacías. Tres vueltas con sus potentes motores y después una explosión. Otra escuela había sido bombardeada. El ataque paralizó el funeral, que fue retomado cuando el MiG-21 desapareció del cielo.

Ayer, un misil destrozó un colegio a la entrada de la localidad, que estaba vacío, como respuesta al ataque de la base aérea. El miércoles de madrugada otra bomba impactó en una vivienda de tres plantas y mató a ocho miembros de una misma familia. De los 20.000 habitantes de Telrafah, 12.000 se han marchado en los últimos tres días hacia la frontera con Turquía. «Esto era un pueblo tranquilo hasta que llegaron las tropas de Asad en abril y comenzaron los enfrentamientos con los rebeldes del ELS», se queja un anciano. Otro vecino explica que los desplazados han encontrado problemas a la hora de entrar a Turquía y muchos se han quedado en tierra de nadie, en los cuatro kilómetros que separan el puesto fronterizo turco de Kilis y el sirio de Bab Al Salam.

Los combates por Alepo continuaron ayer en el centro de la ciudad y los barrio del sur y este, bajo control del ELS. Los aviones de combate bombardearon posiciones rebeldes, mientras que los tanques disparaban artillería pesada contra los barrios de Hanano, Al Sajur, Chaar, Seif Dawla y los suburbios de Saladino. Según fuentes opositoras, el general Isam Zaher Al Din, el jefe militar del Ejército, murió a manos del Ejército Libre. El general Zaher Al Din «ha participado en las masacres de Bab Amr, Duma y en Alzbadani», explicó un activista a LA RAZÓN.

Un río de personas descendió desde la mezquita Al Hisan hacia el cementerio de Maraa, acompañando al mártir de Saladino en su camino al «paraíso». De nuevo, ráfagas de disparos y plegarias musulmanas marcaron el ritmo de la comitiva. «La muerte de cada hombre tiene una historia. No somos simplemente números», dijo Ahmad Abdan, antes de declarar que «la conciencia del mundo está muerta. La comunidad internacional no está haciendo nada para detener el derramamiento de sangre en Siria».

 

El «rais» nombra a un nuevo primer ministro
Tres días ha tardado Bachar al Asad en nombrar a un nuevo primer ministro. El titular de Sanidad, Wael al Halqi, es desde ayer el jefe de Gobierno sirio. La decisión se produce después de que el presidente destituyera a Riad Hiyab el lunes, después de que éste abandonara su cargo. Su deserción es la de más alto nivel desde el inicio de la revuelta. El nombramiento de Al Halqi se produce al día siguiente de que Jordania confirmara que Hiyab, que había permanecido apenas un mes y medio como primer ministro, había llegado a territorio jordano huyendo del régimen. Por su parte, el primer ministro designado nació en 1964 en Deraa y se graduó en Medicina en la Universidad de Damasco en 1987.Tras dirigir los servicios de Salud en Yasem, Al Halqi fue secretario general del partido oficial Baaz en su provincia natal.