Huelgas

Los piquetes coactivos

La Razón
La RazónLa Razón

Nunca he entendido muy bien el concepto de los piquetes informativos que se dedican a poner silicona en las cerraduras, pinchar ruedas, romper lunas, hacer barricadas o insultar a los compañeros que quieren trabajar. En realidad son piquetes coactivos. No tienen nada que informar, porque todo el mundo conoce la convocatoria de la huelga. El problema es que los gobiernos, por regla general, hacen dejación de sus competencias y actúan con gran tibieza frente a la extorsión de los piquetes mal llamados informativos. Lo mismo sucede con los servicios mínimos, que los sindicatos consideran como máximos e impiden que trabajen aquellos que quieren hacerlo. La clave del éxito de cualquier huelga, algo que explican muy bien los manuales marxistas de los sesenta, pasa por impedir el transporte y los medios de comunicación. Los sindicatos manejan bien los procesos asamblearios y las estrategias para bloquear los accesos a los puntos neurálgicos. Y el Gobierno debería impedir esos piquetes.