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Abismo

La Razón
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La final de la Liga de Campeones la disputaron los dos mejores equipos de Europa y el subcampeón resistió diez minutos. La distancia futbolística entre el Barça y el Manchester United es superior a 3-1. Solo el Real Madrid ha apretado esta temporada al Barcelona; la Copa es un ejemplo. Las semifinales continentales también sirven para medir el poderío de los dos grandes de España, indiscutibles en Europa, aunque solo uno podía viajar a Londres, para disgusto de Vicente del Bosque, que veía a los dos en Wembley. Su competitividad en la Liga demuestra que, salvo accidentes, no tienen otros rivales que ellos. Ni los tendrán. La próxima brecha de Primera será abismal. Hay un campeonato de dos y otro de dieciocho. Adjudicadas por sentido común las dos primeras posiciones de la Liga, ésta adquiere otro valor del tercero hacia abajo.

Si el Barcelona consigue llevarse a Rossi o a Mata y el Madrid al «Kun» o a Llorente o a Navas, hipótesis basadas en hechos reales, ¿qué les queda al Villareal, al Valencia, al Atlético, al Athletic o al Sevilla? Rezar y acertar con los refuerzos. En el caso del Atlético, que se huele que Agüero se va al Madrid por mucho que Caminero pretenda convencerle de lo contrario, el compromiso que ha adquirido con Hacienda, receptora de la mitad de sus traspasos, aconsejaría incluir jugadores en la operación. Verbigracia: unos millones más un surtido de Higuaín, Granero, Gago, Canales, Pedro Léon o Garay. Refuerza tres líneas por el precio de uno. ¿No será mejor un descarte del Madrid o del Barça que, con todos mis respetos, Piatti, la perla del Almería? Con el tiempo, el abismo sería una utopía.