Ministerio de Sanidad

Crónica de 20 muertes anunciadas

Miguel Lorente convirtió ayer España en el pueblo caribeño que acoge la «Crónica de una muerte anunciada» de Gabriel García Márquez. El delegado del Gobierno para la Violencia de Género afirmó ayer en Radio Nacional que en España hay 15 o 20 hombres que «están pensando en acabar con la vida de sus mujeres», informa Ep.

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Según Lorente, estos hermanos Vicario de carne y hueso «pueden verse impulsados a la acción a raíz de lo que otros han hecho», aunque puntualizó que «se trata de una situación planificada, que se ve reforzada por el conocimiento de un hecho similar».

La cifra aportada por el delegado del Gobierno responde a la estadística. En palabras suyas, es lo que se conoce como «periodos de concentración», provocados por el efecto imitación, un condicionante que no estuvo presente el año pasado y que ha desencadenado el aumento de las víctimas mortales. «Este año ha habido hasta cinco periodos de concentración, más de lo habitual, que han concentrado el 40 por ciento de las víctimas», añadió.
En su opinión, el balance no es bueno porque «en violencia de género ningún año es bueno», ya que «se habla de cifras de mujeres asesinadas».

Respecto a estas declaraciones, 2010 puede convertirse en el peor año para la violencia de género de la última década. Las estadísticas oficiales indican que el número de víctimas asciende a 71 (15 más que todo el año pasado), que con los cuatro casos que hay en estudio podrían sumar 75, una menos que 2008, el más sangriento de la década. En cambio, la Red feminista, organización que engloba a todas las instituciones nacionales feministas, cifra el número de fallecidas en 78. Tampoco coinciden los datos con las estadísticas del Centro Reina Sofía, que cifra las muertes en 74.

«No hay que venirse abajo»
Con los datos en la mano, Lorente reconoció que la situación es «peor» que en 2009, aunque, a pesar de los datos citados anteriormente, relativizó la situación porque defendió que la realidad de 2010 es «mejor que otros años», por lo que «no hay que venirse abajo por no estar al nivel del mejor año de la historia».

En cualquier caso, se mostró positivo y dijo que «se está avanzando hacia un contexto más iluminado», en el que la violencia «es cada vez más un problema de toda la sociedad y no sólo una cuestión que se deba abordar desde las instituciones».

En cuanto a los polémicos dispositivos GPS, conocidos como pulseras «antimaltrato» volvió a cargar la responsabilidad de su escaso uso (521 de 3.000 disponibles) porque, según afirmó, los jueces tienen ciertos reparos a la hora de imponerlas porque «generan muchas dudas». Para Lorente, a pesar de todo, «hay una constatación de que se han salvado vidas gracias a las pulseras, que han alertado de rupturas de las órdenes de alejamiento».

Por ello, ensalzó sus beneficios al entender que «son un instrumento muy útil ante el que no se debe dudar» y permite que «la sociedad perciba que la reacción es rápida y oportuna», que «confíe más en el sistema y aumente el número de denuncias».

Asimismo, incidió en la responsabilidad del sistema judicial, ya que «hay situaciones en las que se limitan a hechos puntuales, por lo que «la respuesta aún no lleva a cubrir todos los recovecos de la violencia». Lorente pidió que se valoren «no sólo hechos aislados sino una situación mantenida en el tiempo» y que no se quite «credibilidad a las mujeres, como ha pasado con la campaña de denuncias falsas».

El delegado del Gobierno explicó que la desaparición del Ministerio de Igualdad no ha supuesto «en ningún caso una merma de la actuación, ni se va a notar en el trabajo». Por último, hizo un llamamiento a la «responsabilidad» del entorno cercano, de forma que estén también cerca de los agresores, no sólo de las agredidas, para avisarlos o denunciarlos.