Valencia

Acaba la legislatura del acoso a la Iglesia

Desde la «confiscación» de los bienes de la Iglesia hasta ataques a la moral sexual: han sido cuatro años de desencuentros.

La Razón
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MADRID - La plataforma Hazte- Oír.org ha recopilado, en las 24 páginas del informe «Los ataques del PSOE a la Iglesia. Recopilación de una legislatura, 2004-2008», cerca de 150 críticas y afrentas que han protagonizado destacados miembros del partido socialista y de sectores afines. Publicado hace unos días, el informe hace un repaso de los cuatro años de gobierno socialista, «presentando los hechos y sin entrar a hacer valoraciones». La primera «agresión» que recoge la protagonizó el propio presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, el 8 de febrero de 2004 cuando, durante la precampaña de las anteriores elecciones generales, prometió «más gimnasia y menos religión». No ha sido la única. En abril de 2005, en un encuentro informal con el astrofísico británico Stephen Hawking, Zapatero afirmó que «el retraso científico de España se debe a un problema cultural, derivado del adoctrinamiento de la Iglesia contra la ciencia en las mentes de los españoles». El dirigente socialista también obsequió con un desaire al propio Benedicto XVI en julio de 2006, cuando finalmente rehusó asistir en Valencia a la misa del Encuentro Mundial de las Familias, pese a que el gabinete del presidente había solicitado previamente un puesto de honor en el altar.

Quitar los crucifijos

Su vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega, también ha protagonizado varios de los ataques que denuncia HazteOir.org. A los pocos meses de arrancar la legislatura, De la Vega impulsó una hoja de ruta para «conseguir la aconfesionalidad del Estado». Para ello se proponía acabar con la financiación de la Iglesia a través del IRPF; eliminar las subvenciones a organizaciones católicas; hacer desaparecer la simbología cristiana de los lugares públicos y que los profesores de religión en los colegios públicos no formaran parte del claustro.

Sin embargo, su intervención «estrella» fue la que protagonizó en Valencia. En el transcurso de un acto, la vicepresidenta del Gobierno sostuvo que «durante siglos, en este país se han opuesto a las reformas pendientes los sectores más tenebrosos e inmovilistas: los curas y los jueces».

Confiscar los bienes

Las salidas de tono han sido frecuentes a lo largo de estos cuatro años. Pero la palma, seguramente, se la han llevado los socios de Zapatero en el Parlamento catalán. El portavoz de Iniciativa per Cataluña, Joan Boada, propuso «muy seriamente» en diciembre de 2004 «la confiscación y posterior socialización de los bienes de la Iglesia a cambio de un derecho de usufructo». En un artículo publicado en un diario catalán, el diri gente comunista llegó a pedir a la Generalitat «que expropiara la catedral de Gerona y la conviertan en un centro popular para todos los siudadanos, y que se deje una franja horaria para que los creyentes de la religión católica puedan celebrar sus ritos».

Los «ataques» que denuncia HazteOir.org también provienen de políticos que se confiesan católicos. El caso más notable es el de José Bono, quien afirmó que la Iglesia «no acierta en sus recomendaciones sobre moral sexual» porque «no está con los tiempos».

El que fuera embajador de España ante la Santa Sede durante el primer gobierno del PSOE, Gonzalo Puente Ojea, definió a la Iglesia en enero de 2005 como «un enemigo público». «Tiene demasiados privilegios y hay que quitárselos», defendió.