«Almas en crisis» por el Dr Bartolomé Beltrán

Está demostrado que los ingresos psiquiátricos, las conductas de riesgo, los trastornos sexuales y la agresividad, en general, aumentan en tiempos de crisis. En Estados Unidos, que van por delante en este tipo de experiencias, saben que los ingresos hospitalarios psiquiátricos aumentan un 10 por ciento en tiempos de depresión por la crisis o que aumentan las consultas por estrés financiero. Las alarmas estimulan hacia la prudencia, pero también hacia las adicciones a las bebidas y a las drogas. Algunos autores aseguran que el paro aumenta el riesgo de muerte por cualquier causa en un 15 por ciento. Ante esta situación sería bueno dormir bien. Lo más recomendable son ocho horas por la noche, y echarse una siesta de 20 minutos durante el día. Si los nervios impiden que se consiga, hay que poner remedio, porque si no se descansa cada noche, el estrés se convierte en crónico. Practica deporte. Una hora de ejercicio al día ayuda a liberar la adrenalina y despejar la mente. No se debe competir cuando se padece estrés, pero es ideal como afición. El sexo también mejora la salud, aumenta la producción de endorfinas, que mantienen el ánimo elevado. Nadie debería decir que aquí afirmamos que el sexo mejora nuestra actitud ante la crisis, sino que se convierte en un elemento positivo, pues indica que sabemos separar relación humana y comportamiento globalizado ante el drama de la depresión económica. De la misma manera, es fundamental aumentar el tiempo de juegos en casa y las relaciones de comunicación en la pareja.