Arquitectura cálida y verde gracias a las estructuras de madera

Si un edificio tiene madera en su estructura es fácil que la calidez de la estancia se pueda percibir incluso estando vacía de elementos decorativos. La madera tiene esa virtud. Por eso, como afirma Eugenio Perea, director general de Holtza, empresa dedicada a la ingeniería, fabricación y construcción en madera, «en la actualidad la mayoría de los edificios de grandes superficies son de estructuras de madera. Este material da una calidez a los ambientes que, ni por asomo, proporcionan el hormigón o el acero». Esta sensación puede ser subjetiva. Aunque hay otros aspectos beneficiosos en el uso estructuras de madera que son objetivos. «El empleo de un metro cúbico de madera en la construcción evita la emisión de unas 0,8 toneladas de dióxido de carbono (CO2), al no utilizar materiales que requieren más energía en su elaboración, como el acero, el hormigón o el aluminio. En otras palabras, para producir un metro cúbico de madera, los árboles han fijado todo el CO2 que emite un vehículo durante 15.000 kilómetros», explica Perea. El mercado de la madera, empleada en estructuras y forjados durante siglos, actualmente no es masivo, pero sí prestigioso. De hecho, Holtza ha realizado bodegas con los arquitectos más famosos de España. En 22 años de existencia ha hecho unas 1.600 obras; su cliente es «un 50 por ciento obra pública, como polideportivos; casi otro tanto industrias, almacenes, etcétera; y otra parte es vivienda», detalla Perea.PROCESOCada año producen estructuras para casi 200.000 metros cuadrados de edificios y su materia prima, con cadena de custodia forestal certificada PFEC (Confederación Europea de Propietarios Forestales, en sus siglas en inglés), son pinos y abetos procedentes del centro y norte de Europa, de bosques plantados por el hombre y con turnos de tala de entre 35 y 40 años.Con madera se puede hacer una estructura como con cualquier otro material, pues «soporta cargas de hasta 600 kilogramos por metro cuadrado. Sólo hay que utilizar la adecuada y aplicar los cálculos y las medidas necesarias en función de los esfuerzos que tenga que soportar», hace hincapié Eugenio Perea.Una viga de madera se produce siguiendo un protocolo de 14 parámetros. «La materia prima son tablas de cinco metros de longitud por 45 milímetros de altura, que primero se pegan una tras otra a lo largo, hemos llegado a hacer vigas de 45 metros de largo, y luego una sobre otra hasta llegar a las sección necesaria, 2,25 metros por ejemplo. Se unen aplicando cola y se van cepillando. Si hay que darle formas, se prensan sobre moldes previamente desarrollados, de acuerdo al deseo formal del proyecto», detalla Perea.En una semana puede estar culminado el proceso para el que son imprescindible unas determinadas condiciones humedad y temperatura en la fábrica: entre 20 y 25ºC, ya que «si hay menos o más tenemos que parar», asegura Perea. Esta temperatura la obtienen desde el primer día con una caldera de biomasa alimentada con el serrín que se genera en el proceso de fabricación, por lo que «no hemos consumido ningún otro combustible», concluye el director general de Holtza.