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Benedetti: la muerte y otras conjeturas

El escritor uruguayo falleció anoche en su hogar de Montevideo a los 88 años tras una larga enfermedad. Deja una obra extensa y muy popular

Benedetti: la muerte y otras conjeturas
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Pocos sabrán que el tercer nombre de Mario Benedetti era Hamlet. Así lo bautizaron sus padres italianos un día de septiembre de 1920, marcando el destino poético que le esperaba: y es que, desde «La víspera indeleble» (1920), su primer poemario publicado, al último, «Testigo de uno mismo» (2008), el escritor nacido en Paso de los Toros escribió nada menos que treinta y seis libros de poesía. Y si bien fue éste el género mediante el que alcanzó cotas de popularidad difíciles de protagonizar por cualquier escritor, en la novela y el ensayo tampoco se quedó atrás. Una obra inmensa, en definitiva. Pero también una larga vida, 88 años, que ayer terminó en Montevideo. Tras ser hospitalizado, el pasado 6 de mayo fue dado de alta y regresó a su domicilio, donde luchó unos días más contra la enfermedad intestinal crónica que padecía y que anoche puso punto final a su vida.Poesía sencillaEn el Uruguay de los años 20, la familia Benedetti fue buscando la manera de mejorar sus condiciones laborales, lo que implicó trasladarse a Tacuarembó, cuando Mario contaba sólo con dos años, y poco después a Montevideo. Allí, Benedetti realiza sus estudios primarios y, en 1935, entra a formar parte de una empresa de repuestos para automóviles. Seguramente, su posterior elaboración de una poesía sencilla, de línea estilística clara, como sus «Poemas de la oficina» (1956), remitirá a esa doble visión de la existencia: la que está entre el pueblo y la vida ordinaria y la interior, la que irá creciendo en forma de versos.El adolescente Benedetti dará un gran paso para acercarse a otro ambiente más cultural cuando, en 1938, se traslade a Buenos Aires. A mitad de los 40 se incorpora a la redacción del semanario «Marcha», e incluso se convierte en su director literario en 1954. Entre medias, se ha casado con Luz López Alegre (en 1946), mujer que le acompañará hasta su muerte en 2006, y ha publicado libros de relatos como «Esta mañana y otros cuentos» (1949) y «Montevideanos» (1959), la novela «Quién de nosotros» (1953) y estudios como «Peripecia y novela» (1946) y «Marcel Proust y otros ensayos» (1951).Su ingente capacidad para crear obras de todo tipo –fue autor además de cuatro dramas–, más su dedicación al mundo del periodismo cultural van a ser caminos paralelos e inagotables para Benedetti. Por otra parte, su postura política se va haciendo pública al protestar contra el tratado militar con EE UU; esta opinión, junto con su admiración por la Revolución cubana y el gobierno de Castro, será una constante en sus manifestaciones. Benedetti se hace popular a marchas forzadas, gana premios, publica y publica en revistas y periódicos, viaja por América Latina, ocupa un cargo en la cubana Casa de las Américas, funda en 1971 un grupo izquierdista y hasta dirige un departamento en la Universidad de la República.Todo cambia en junio de 1973 con el golpe de Estado en Uruguay. Benedetti se exilia en Buenos Aires, para luego trasladarse a Perú, donde es detenido. Tras sufrir una deportación y gozar de una amnistía, recala en Cuba unos meses hasta que se instala en Madrid, en 1976. Por entonces, ya se ha llevado al cine su novela más conocida, «La tregua», candidata al Óscar en 1974, el mismo año en que publica un significativo ensayo, «El escritor latinoamericano y la revolución posible».Sin duda, se trata de la peor etapa para Benedetti, que pasa mucho tiempo lejos de su mujer. Las islas de Cuba y Mallorca, asimismo, se convierten en sus hogares transitorios, y en 1983 al fin vuelve a su país, inaugurando lo que en sus obras llamará su «desexilio», como argumenta en «El desexilio y otras conjeturas» (1984). Al año siguiente, llega su popularidad masiva en España gracias a Joan Manuel Serrat, que pone música a algunos de sus poemas en el disco «El sur también existe». El estilo de Benedetti, claro, directo, sentimental, a veces lúdico y otras combativo, conecta con el gusto popular de forma extraordinaria. Al tiempo que escribe y publica sin cesar –los poemas de «Viento del exilio», los cuentos de «Recuerdos olvidados», la novela «Primavera con una esquina rota»– recibe un alud de premios y reconocimientos en Europa y América. Hasta se convierte en protagonista de un importante documental, e incluso hace de actor en «El lado oscuro del corazón» (1992); en ella, su protagonista era un vagabundo rico; rico porque tenía el don de amar la poesía.

Un poemario pendienteEl último trabajo del escritor fue «Testigo de uno mismo», una obra escrita en verso y publicada el pasado mes de septiembre. Además, Benedetti trabajaba en un nuevo libro, también de poesía, que había titulado «Biografía para encontrarme». Su obra mereció el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana en 1999; dos años después recibió el premio iberoamericano José Martí y, en 2005, el Premio Internacional Menéndez Pelayo. Benedetti fue investigado como Doctor Honoris Causa por universidades como la de Alicante y la de Valladolid.