Francia

Benedicto XVI recuerda en el Jordán la importancia del Bautismo

Benedicto XVI recuerda en el Jordán la importancia del Bautismo
Benedicto XVI recuerda en el Jordán la importancia del Bautismolarazon

Ammán queda atrás y la carretera va, poco a poco, acercándonos al desierto. Tras las ventanillas del autobús el paisaje se hace más y más árido. Abandonamos el asfalto para adentrarnos un una pista de tierra y, enseguida, entre la polvareda que levanta el vehículo de delante, empiezan a aparecer las figuras de decenas de autocares. Descienden grupos de peregrinos de todas las edades. Hay que caminar mucho desde esa explanada hasta el lugar en el que el Papa bendecirá la primera piedra de las dos Iglesias que se van a construir en Betania de Transjordania, en el lugar del Bautismo de Jesús. El sol de las tres de la tarde cae sobre los fieles con toda su fuerza y el polvo del camino se pega por todas partes, hasta en la boca. Pero finalmente llegan al lugar donde se concentran para esperar a Benedicto XVI. La música, que se escucha a kilómetros a la redonda, va animando a los que llegan.

 

Queda poco para ver al Papa. Los cantos religiosos se alternan con alegres consignas: «Bienvenido a Jordania» y «Benedeto, Benedeto». Mientras, los periodistas llegamos al lugar donde se encuentra una estructura de madera junto a los restos arqueológicos de una de las tres Iglesias que fueron levantadas aquí por los primeros peregrinos. Ésta es la menos antigua y corresponde al siglo VI. Delante, unas escaleras que representan los pasos que dio Jesús se adentran, como él hizo, en las aguas.

 

Pasadas las 17:30 horas, un cortejo de pequeños coches como los que se utilizan en los campos de golf dobla un recodo del camino. En uno de los vehículos, el Papa, el Rey Abdalá, la Reina Rania y el Príncipe Gazi bin Mohamed. Se detienen un momento para explicar al Pontífice los descubrimientos que se están realizando en este importante yacimiento arqueológico, y continúan hacia el lugar donde espera la multitud. Allí, Benedicto XVI bendijo la primera piedras de dos Iglesias que se construirán proximamente, una católica latina y otra grecomelquita. «La primera piedra de una Iglesia es símbolo de Cristo», explicó el Pontífice. «Entramos en la Iglesia mediante el Bautismo y la memoria del bautismo de Cristo está vivamente presente en este lugar», continuó. «Juan el Evangelista sitúa en esta área el encuentro entre el Bautista y Jesús». «A través de los siglos, muchos peregrinos han venido al Jordán para buscar la purificación, renovar su fe y estar más cerca del Señor», afirmó.

 

Los peregrinos presentes, unos 8.000, recibieron al Papa con gritos, cánticos y aplausos. Banderas jordanas y del Vaticano se mezclaban con las de Francia, Uruguay o Líbano… y España. Entre los españoles estaba Clara, una joven de 26 años que ha venido con otras 200 personas desde Madrid. Dice que está muy contenta «de ver tanta gente joven, porque ser joven y cristiano no es ser una persona rara». Este viaje «es importante para los cristianos de aquí», afirma. «No vengo sólo a seguir al Papa, vengo a encontrarme con Jesús». Hoy, Benedicto XVI comienza la parte más complicada de la peregrinación con su llegada a Jerusalén.