Cambios en el PP

Blanco se «desautoriza» a sí mismo

Blanco se «desautoriza» a sí mismo
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madrid- Insinuar que Alfredo Pérez Rubalcaba pretendía desautorizar a José Blanco en su declaración sobre los agentes que custodian la seguridad de Aznar es no conocer ni a uno ni a otro. Decir que el ministro del Interior actuó de espaldas al de Fomento es no saber la relación que existe entre ambos. Por eso antes de leer las palabras de ayer de Blanco ante más de 600 empresarios cuando se le preguntó si se sentía desautorizado por el comunicado redactado por Interior conviene saber que ambos ministros son una piña y que no hay secretos ni fisuras entre ambos. Sólo así se explica que Blanco respondiera ayer tajante: «No, no me siento en absoluto desautorizado. La nota que emitió ayer [por el miércoles] el ministro del Interior fue compartida y redactada conjuntamente entre el ministro del Interior y el ministro de Fomento».


No fue una desautorización, claro, sino el reconocimiento implícito de un error, el cumplimiento de una orden del presidente Zapatero para que se zanjara de una vez por todas las polémica sobre la seguridad de los presidentes y ex presidentes. La nota, en efecto, fue redactada en el Ministerio de Interior y consensuada con Blanco. Luego, fue enviada para su supervisión a La Moncloa, que dio el OK para que se emitiera con una doble intención: de una parte, responder a la exigencia del mismo Aznar que había pedido una explicación sobre lo ocurrido; de otra, acabar con la polémica que más ha desgastado al PSOE en esta campaña.


La nota de Interior fue cuidada hasta la última línea,y en ella no se meciona ni a Aznar nia l número de agentes que le custodian. Más bien era una llamada general a la cautela para que la seguridad de los presidentes no se usara en la contienda política. A buen entendedor... porque la nota era un aviso para todos, y no para Blanco. Dicho esto, es cierto que tanto el Comité Electoral del PSOE como La Moncloa vieron rápido las consecuencias de las palabras del ministro de Fomento que, por su parte, insiste en que él nunca pretendió cuestionar la seguridad de José María Aznar, sino la doble moral del PP.


Fuera como fuese, el caso es que la polémica se desató desde el minuto uno, y en el propio PSOE no cayeron bien sus palabras, pues entendieron que José Blanco había pecado de lo mismo que los socialistas acusaban al PP por criticar el uso que Zapatero había hecho de un Falcon del Ejército para acudir a un mitin. La pregunta del millón La pregunta que todo el mundo se hace, y especialmente en el PSOE, es por qué La Moncloa no zanjó este asunto desde el primer día que Rajoy criticó a Zapatero por el uso del Falcón. El sanedrín «monclovita» sostiene que el presidente entendió que la forma de acallar las críticas era seguir usando el avión del Ejército al día siguiente y al siguiente.


Primero porque así demostraba que no había abuso, sino uso del Falcón porque así lo establecía la seguridad del Estado. Y segundo porque era la forma de que la opinión pública entendiera que no había nada en todo ello, y que así el PP contendría las críticas. Erró el presidente en su pronóstico, pues los populares se lanzaron a su yugular durante días hasta que Blanco dijo lo que dijo, y cambiaron de objetivo. El asunto está ya zanjado, pero ha ocupado demasiado tiempo en una campaña electoral que no ha sido ejemplo de nada.