Buenas amistades

Florentino Pérez ha querido sentar plaza de presidente afectuoso. Con los clubes extranjeros, al menos. Entre la buena relación con el Manchester United y Cristiano Ronaldo prefiere lo primero. Es buena actitud. Es magnífica política tener amigos hasta en el infierno. Su declaración de intenciones tengo la impresión de que está fundamentada en conseguir que las negociaciones para contratar al portugués no tengan carácter bélico como las que sus dirigentes deportivos le crean conversando con intermediarios antes que con el club propietario de los derechos federativos del jugador en cuestión. Verbigracia: Silva. La política de Santiago Bernabéu y Raimundo Saporta fue, durante años, mantener buenas relaciones con aquellos estamentos con los que convenía. Don Santiago dio soporte a la idea del diario deportivo francés «L¿Equipe» de crear la Copa de Europa. Siempre se lo agradecieron y aun hoy, cuando no viven los protagonistas de la historia, el periódico sigue considerando al Real Madrid en mayor medida que al resto de clubes mundiales. Ahora que la muerte de don Santiago Bernabéu ha sido recordada, bastaría decir que su prestigio y su capacidad diplomática fueron reconocidos en todos los países futbolísticos. Durante la celebración del Mundial de Argentina, en 1978, el de los milicos, que diría Jorge Valdano, las banderas ondearon a media asta y se guardó un minuto de silencio por su muerte. Don Santiago únicamente tuvo problemas con el Barcelona y no con todos sus presidentes. A Florentino Pérez en España no le iría mal tener las mismas intenciones que con el Manchester United. En las operaciones de compraventa hay que tener más mano izquierda que presuntuosidad.