Chávez amenaza con responder militarmente a las asonadas

El presidente venezolano, Hugo Chávez, amenazó ayer con desempolvar el uniforme para hacer frente a golpes de Estado como el de Honduras. «Pretenden detener los cambios que vive el continente, pero estamos rodilla en tierra. Quieren que saquemos nuestros uniformes y que salgan otra vez las columnas guerrilleras. Pues yo tengo guardado mi traje militar», advirtió.Chávez señaló que Venezuela no reconocerá «ningún Gobierno que salga de un proceso electoral tras un golpe de Estado, porque si no hacen lo mismo aquí», dijo durante el acto de firmas comerciales con la delegación española comandada por el ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos. Además, pidió apoyo a España en estos procesos de cambio aprovechando que «Venezuela se ha convertido en un tema de política interna de España». El caudillo certificó ayer en el Palacio de Miraflores la «gran alianza energética» con España anunciada el día anterior por su canciller, Nicolás Maduro, por la cual nuestro país recibirá un millón de barriles, en buena parte a precio de mercado. «Estamos haciendo buenos negocios, convenios de profundidad estratégica, como el de la Faja del Orinoco, ojalá pueda venir Zapatero a apretar el botón. Allí hay petróleo para cien años».El acuerdo, suscrito entre Chávez y Moratinos, contempla también el envío de otros 300.000 barriles que serán refinados por Repsol en Perú y supone un impulso a las relaciones entre ambos países para asegurar la «seguridad energética». La renta petrolera que obtenga Venezuela por la venta de crudo a España se derivará a un fondo destinado a inversiones en sectores estratégicos –como el agroalimentario, ferroviario e infraestructuras– al que podrán acceder las empresas españolas. El sector energético es la gran apuesta para fortalecer las relaciones entre ambos Gobiernos y abrir terreno a la inversión española en el país. En este sentido, Repsol recibirá 220 millones de dólares en compensación por la sociedad mixta que mantiene con la petrolera estatal Pdvsa en la explotación de Barúa-Motatán, en los Estados de Trujillo y Zulia, y con una producción de 35.000 barriles diarios.Dentro de esta «nueva era» en las relaciones hispano-venezolanas, Chávez envió un saludo al Rey, al que invitó a visitar Venezuela. «Siempre estamos esperando que nos visite». Respecto a Honduras, Chávez agradeció la firme postura del Gobierno español. La petrolera española, la que mayor provecho ha obtenido de la visita de Moratinos o a la energética Iberdrola, logró acelerar su proyecto en la Faja del Orinoco, la mayor reserva de petróleo del planeta que aún está pendiente de certificación. En concreto, la petrolera logró acelerar que Caracas certifique los 31.000 millones de barriles totales que se le atribuyen al campo Jumín 7, cuyos derechos de explotación comparte con Pdvsa. Además, Chávez se interesó por la construcción de un campo de energía eólica.Chávez y Moratinos también presenciaron la firma del contrato obtenido por el consorcio entre Iberdrola y Elecnor para la construcción de una central termoeléctrica en el Estado de Sucre por un importe de unos 2.000 millones de dólares. También se alcanzaron acuerdos en otros terrenos, como el de las insfraestructuras o el ferroviario. El jefe de la diplomacia española ha manifestado a lo largo de su visita la intención del Ejecutivo de acompañar y participar junto al pueblo venezolano en el proyecto político que ha elegido en las urnas: la revolución hacia el socialismo que comanda Hugo Chávez. Poco parece importar el talante totalitario que el régimen chavista adopta en todos los terrenos y el lenguaje belicista que mantiene con la oposición y su vecino colombiano. Durante la rúbrica de estos acuerdos en la sede presidencial, Chávez destacó la importante presencia de empresas españolas que llegan para «colaborar» a hacer más productiva la economía venezolana y destacó la relación de fraternal amistad entre ambos países.

Rechazan el adelanto electoral en HondurasEl Tribunal Supremo Electoral de Honduras emitió una resolución en la que advierte de que sería «inconstitucional» adelantar un mes las elecciones presidenciales, tal y como lo propone el Acuerdo de San José promovido por el presidente de Costa Rica, Óscar Arias, quien ha servido de mediador en la crisis política. El tribunal dejó la puerta abierta a la posibilidad de cumplir con esta disposición, pero los magistrados que se reunieron ayer para analizar la propuesta concluyeron que, por tratarse de un «tema tan sensitivo», podría ser tipificado como un «delito electoral» porque «afecta dramáticamente todo el cronograma electoral». Arias sugirió que los comicios previstos para el 29 de noviembre se adelanten al 28 de octubre. Esto generaría que la campaña política se iniciara el 1 de agosto y no en septiembre. Éste es el primer rechazo que recibe el Acuerdo de San José por parte del Gobierno interino.