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Cierto que resucitaremos

La Razón
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El escritor F. M. Dostoievski, en «Los hermanos Karamazov», cuenta que en el cementerio de un pueblo ruso, después de ser enterrado el joven Ilíuscha, los jóvenes que habían llevado a hombros el cadáver estaban emocionados y llorosos. Uno de ellos, de nombre Kolia, materialista y agnóstico, gritó:
– «¿Es verdad que la religión dice que hemos de resucitar todos de entre los muertos, y viviremos de nuevo y volveremos a vernos unos y otros, y a todos, y a nuestro amigo Illíuscha también?» El monje Karamazov respondió:
 – «Cierto que resucitaremos. Sin duda que nos veremos de nuevo, y con alegría nos contaremos todo lo que haya pasado». Kolia gritó con entusiasmo:
– «¡Hurra por Karamázov!» Y todos los chicos volvieron a corear: «¡Hurra!».
San Agustín exclamaba con alegría: «La resurrección se efectuó en la Cabeza y se efectuará también en los miembros. Tal es nuestra esperanza. ¡Aleluya!».
Ayuda y mucho aquel pensamiento de Juan XXIII: «Quien piensa siempre en el paraíso, en la gloria... siempre está alegre. Si pensamos sin cesar en el cielo, en la vida eterna... viviremos contentos y alegres». ¡Es la buena nueva!