El 80% de los españoles rechaza que el Congreso juzgue al Papa

MADRID- Entre los españoles no ha sentado demasiado bien que el Congreso de los Diputados haya admitido a trámite una iniciativa para reprobar al Papa Benedicto XVI por unas declaraciones suyas en África sobre el preservativo. O, al menos, eso es lo que se desprende de la última encuesta de NC Report para LA RAZÓN, que desvela no sólo que casi un 80 por ciento de los ciudadanos rechaza que el Parlamento vigile las declaraciones de los líderes religiosos, sino también que casi tres de cada cinco reclaman a PP y PSOE que no participen en la votación que se pretende llevar a cabo. Son cifras que demuestran lo que ya han criticado numerosas personalidades de todos los ámbitos, que vienen denunciando que este «control» no es competencia de la Cámara Baja. Así, son poco más de seis de cada diez ciudadanos (61,5 por ciento), los que piensan que las Cortes no son el lugar más adecuado para someter a votación la propuesta de reprobación. Pocos lo aprueban Además, el sondeo desvela también que son pocos los encuestados que se muestran a favor de la iniciativa tramitada por la Mesa del Congreso. Un 27,6 por ciento -cerca de uno de cada cuatro españoles- ve favorable que el Parlamento sea el lugar en el que se vote la reprobación, mientras que apenas un 8,7 por ciento considera que es necesario que esta institución realice un seguimiento de las declaraciones de los líderes religiosos de todas las confesiones del mundo. Es más, un 24,6 por ciento de los encuestados tiene claro que tanto PP como PSOE sí que deben votar la iniciativa parlamentaria. Pero si se dividen las respuestas entre los votantes de los dos principales partidos apenas se aprecian ciertas diferencias, pues la mayoría sigue siendo la misma. En el caso de un posible seguimiento por parte de las Cortes a las opiniones que viertan los líderes de los principales credos, un 79,7 por ciento de los electores del PP se muestra rotundamente en contra, una cifra muy semejante a la de los seguidores socialistas, que se sitúan en el 77,5 por ciento. Diferencias La horquilla se amplia un poco más cuando se pregunta a los diferentes electores en relación a cuál es el lugar más idóneo para votar la propuesta de reprobación a Benedicto XVI. Tres de cada cuatro populares -un 77,6 por ciento- considera que esta iniciativa no se debería llevar a cabo en el Congreso de los Diputados, mientras que en el caso de los socialistas son un 60 por ciento-tres de cada cinco-. Sólo el 19 por ciento de los electores del PP y el 37,4 de los del PSOE avalan que el Parlamento ejecute esa propuesta. Por su parte, a la hora de la necesidad de que el partido de Mariano Rajoy y el de José Luis Rodríguez Zapatero voten o no la polémica iniciativa, un 80,8 por ciento de los votantes populares rechazaría que intervinieran ambas formaciones, mientras que en el caso de los socialistas el porcentaje desciende hasta el 65,6. Quienes aprobarían su participación el día en que se vote la iniciativa admitida a trámite son únicamente el 16,4 por ciento de los votantes del PP y el 33 de los socialistas. Estos resultados generales tienen un fiel reflejo si se dividen por tramos de edad, pues en todos ellos los datos son muy similares. Los españoles de entre 30 y 44 años -82,2 por ciento- son los que más rechazan que las Cortes persigan y valoren las opiniones de los líderes religiosos, frente al 10,5 por ciento de los mayores de 65 años, que consideran necesaria una medida de este tipo. A la hora de valorar qué institución debería llevar a cabo la votación de la iniciativa contra el Papa, la mayoría de los españoles de entre 45 y 64 años -68,8 por ciento- rechaza que sea el Parlamento, frente a poco más de uno de cada tres ciudadanos de entre 18 y 29 años que, por el contrario, piensan que es el lugar más idóneo para reprobar a un Jefe de Estado por sus opiniones. Finalmente, en lo que refiere a los partidos de Rajoy y Zapatero, los mayores de 65 años, con un 63,8 por ciento, consideran que no deben involucrarse ni en la iniciativa ni en la votación y evitar así que se agrande la polémica.