Faro

El Faro de Moncloa volverá a abrir en septiembre

El Faro de Moncloa de Madrid volverá a abrir sus puertas dentro de nueve meses, cuando finalicen las obras de modernización de las instalaciones con la puesta en marcha de un nuevo ascensor, de un montacargas en la fachada exterior y la ampliación de las escaleras, con el objetivo de adaptarse a toda la normativa en materia de extinción de incendios y accesibilidad, según indicaron fuentes municipales.

El Faro de Moncloa volverá a abrir en septiembre
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Así, contando con la supervisión de Salvador Pérez Arroyo, el arquitecto que levantó el Faro en 1992, las obras comenzarán de manera inmediata, ya que el pasado jueves la Junta de Gobierno aprobó su proyecto de rehabilitación, que cuenta con un presupuesto de 4,51 millones con cargo al Fondo Estatal de Financiación Local del Gobierno central.
En concreto, se sustituirá la escalera metálica interior de evacuación por otra de mayor anchura, se instalará un nuevo ascensor para eliminar barreras arquitectónicas y como recurso en caso de emergencia, se instalará un montacargas de elevación por la fachada, se sustituirán los acabados existentes deteriorados y se habilitará un vestíbulo de acceso al ascensor principal.
Así, se modernizarán todas las instalaciones existentes de tal forma que se consolide el carácter polivalente del edificio. Los espacios del Faro posibilitarán nuevos usos tras la construcción de salas auxiliares y cuartos de instalaciones, si bien fuentes municipales indicaron a Europa Press que aún no están determinados.
La Torre de Iluminación y Comunicaciones del Ayuntamiento de Madrid fue cerrada en 2005 por incumplir la normativa de seguridad. La estructura 110 metros de altura ocupa el undécimo lugar de las construcciones más altas de Madrid. Al poco tiempo de su inauguración y debido al fuerte viento algunas de las planchas metálicas que recubrían la torre situadas en las partes más altas, de varias toneladas de peso, se desprendieron de la estructura y cayeron al suelo sin desgracias personales, aunque hubo que añadir más remaches para reforzar la sujeción. Salvo el mirador, el resto de la torre está constituida por el ojo hueco de los ascensores y una escalera en forma de espiral de 80 centímetros, muy peligrosa ya que el pasamanos producía fuertes descargas de electricidad estática. Por estas razones tan sólo 13 años después de su apertura fue clausurado, pero en septiembre volverá a iluminar Madrid.