Benedicto XVI
El Papa usa su encíclica para pedir «justicia»
ROMA-El día después de la presentación de su tercera encíclica, «Caritas in veritate», Benedicto XVI desmenuzó algunos pormenores del texto ante 8.000 personas en su tradicional audiencia general de los miércoles, destacando sobre todo sus dos criterios fundamentales: la justicia y el bien común. El Papa subrayó que hacen falta «hombres rectos tanto en la política como en la economía». Y añadió: «Os exhorto a rezar por los jefes de Estado y de Gobierno del G-8, que estos días se encuentran en la ciudad de L'Aquila para una importante cumbre mundial de la que pueden salir decisiones útiles para el verdadero progreso de todos los pueblos, especialmente para aquellos más pobres».«Escándalo de desigualdades»El Pontífice recordó que «la situación mundial sigue presentando el escándalo de las desigualdades clamorosas, que permanecen a pesar de los compromisos tomado en el pasado». También se refirió Benedicto XVI al «drama del hambre y de la seguridad alimentaria», temas de la conferencia que José Luis Rodríguez Zapatero encabezará el viernes en la cumbre del G-8. «Hace falta un desarrollo que no esté viciado de las disfunciones y las distorsiones ampliamente presentes hoy», solicitó Benedicto XVI. Explicó además que la globalización puede ofrecer una «oportunidad» para acabar con las injusticias socioeconómicas «pero para ello es importante que se ponga en marcha una profunda renovación moral y cultural y un responsable discernimiento sobre lo que hay que hacer para el bien común». El Pontífice se remitió una vez más a la encíclica para avisar de que «la regla de la economía de mercado no puede ser sólo el beneficio». También volvió a hablar de una «autoridad política mundial» para la economía, que busque el bien común con respeto a las grandes tradiciones morales y religiosas de la humanidad. Por la mañana recibió a varias de las esposas de los mandatarios internacionales participantes en la cumbre del G-8, entre ellas Margarita Zavala, esposa del presidente mexicano; Nompumelelo Ntuli Zuma, cónyuge del presidente de Sudáfrica; Sarah McCaulay, esposa del primer ministro británico; Filippa Reinfeldt, esposa del primer ministro de Suecia; Gursharan Kaur, esposa del primer ministro indio y Margarida Souza, esposa de Durao Barroso, presidente de la Comisión Europea.Todas acudieron vestidas de negro y se cubrían la cabeza con velos negros, menos la esposa del presidente de Sudáfrica que llegó con un traje tradicional, pero también con la cabeza cubierta. El Papa habló varios minutos con cada una de las asistentes.
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