Barcelona

El PP denuncia que el canal Segarra- Garrigues será un trasvase encubierto

La Generalitat inaugura hoy el primer tramo de una infraestructura hídrica clave para el desarrollo de Lleida.

Una de las tuberías del canal Segarra¿Garrigues
Una de las tuberías del canal Segarra¿Garrigueslarazon

BARCELONA- El canal Segarra–Garrigues de la provincia de Lleida está destinado a ser la obra hidrológica más importante de Cataluña de los últimos años. Hoy, de hecho, las autoridades encabezadas por Montilla inauguran un primer tramo de seis kilómetros de los 84 que algún día tendrá. El canal se presume como una herramienta importantísima para el regadío y, por extensión, para el desarrollo agrícola de la región, que, sin embargo, puede derivar en algo muy diferente: un trasvase encubierto hacia Barcelona, según el PP.La historia de este canal se resume en un combate desigual entre regantes y aves. Desde su gestación a finales de los 80 hasta hoy, el proyecto original ha sufrido un sinfín de recortes en virtud de las zonas de especial protección de aves (Zepas). El canal preveía abastecer unas 70.000 hectáreas con agua del río Segre. Los problemas llegaron cuando la Unión Europea (UE) exigió que se destinaran un número determinado de hectáreas a Zepas. Al principio se trataba de una diferencia salvable porque la UE pedía apenas 5.000 hectáreas. Cuando los socialistas llegaron al Gobierno –2003–, la exigencia ascendió a 26.000 hectáreas, aunque todo el mundo estuvo conforme. Pero, en 2008, un organismo dependiente de la Generalitat, el Centro Tecnológico Forestal del Solsonès, se personó en Bruselas para pedir más espacio para los pájaros. Y la UE redujo aun más la superficie regable limitándola al 30 por ciento del proyecto original, es decir, unas 20.000 hectáreas, aproximadamente. «Sospechoso»«No hay ningún riego en el mundo que destine el 70 por ciento ha proteger aves. Hay muchas otras formas de hacerlo como, por ejemplo, sembrar otros tipos de cultivos menos agresivos. Se trata, en el fondo, de una tapadera para llevar algún día el agua a Barcelona. Después de todo, y pese a los recortes, la Generalitat sigue teniendo una concesión para abastecer 70.000 hectáreas», señala José Ignacio Llorens, diputado por Lleida y portavoz de agricultura del PP, «algo muy sospechoso», añade. «Es la costumbre habitual de los socialistas de faltar a la verdad. Ya el año pasado intentaron trasvasar el Segre, incluso aparecieron unas misteriosas estacas en los aledaños», subraya Llorens. El problema es que con tantos recortes también está en juego la viabilidad de la obra y no son pocas las protestas de agricultores y administraciones locales ante las sucesivas reducciones del canal.