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El PSOE pierde cinco votaciones tras el efecto 1-M

El PSOE pierde cinco votaciones tras el efecto 1-M
El PSOE pierde cinco votaciones tras el efecto 1-Mlarazon

madrid- Los efectos del 1-M ya se han hecho notar en el Congreso. Los socialistas sufrieron ayer las consecuencias de la geometría variable a la que les ha arrastrado un PNV que no ha tardado ni una semana en poner tierra de por medio, tras verse fuera de la Lendakaritza en Euskadi. El resultado es que el PSOE rozó ayer el «delirio» para no perder votaciones en la Cámara Baja. Lo mismo se apoyó en CiU-ERC-IU, que en el PP, que tuvo que transaccionar todas sus iniciativas... Todo para que no se visualizase la precaria situación que tiene ahora planteada en el Parlamento. «Estos no aguantan así hasta final de la Legislatura», se mofaba a primera de la mañana el portavoz peneuvista, Josu Erkoreka. Lo sorprendente es que en el propio PSOE hay ya voces que comparten la reflexión del nacionalista vasco, y que no descartan un hipotético adelanto electoral, tras la presidencia de turno de la UE en 2010, si el PP se impone en las elecciones europeas y en el horizonte no se atisba el más mínimo panorama de recuperación económica. Entre quienes así se expresan los hay partidarios de acordar con Mariano Rajoy -incluidos, cuando toque, los Presupuestos Generales del Estado para 2010- y quienes prefieren pagar el precio que pida CiU por su apoyo, por muy alto que éste sea. Y mientras esto se dirime en el sanedrín de La Moncloa, el PSOE camina sobre la cuerda floja cada vez que se somete a votación un texto, sea en comisión o en pleno, sea propio o ajeno. Ayer mismo, perdió cinco votaciones: cuatro en la Comisión de Medio Ambiente, Agricultura y Pesca. Tres eran proposiciones no de ley del PP (producción mínima del algodón, 1.000 millones para el sector pesquero y ayudas para un proyecto piloto de campañas experimentales) y una de CiU sobre la paralización del deslinde del dominio público marítimo-terrestre en la Ampuria-Brava (CiU). Todas se aprobaron con el voto en contra del PSOE, que tuvo que aceptar tres enmiendas del PP a tres proposiciones de ley suyas, que de otra forma no hubieran sido aprobadas. En la Comisión de Trabajo e Inmigración se vivió el mismo escenario. Todas las iniciativas del PP fueron aprobadas: o en sus propios términos, o mediante enmiendas transaccionales que apoyaron todos los grupos, el PSOE incluido. Fue el caso de un texto sobre el reconocimiento como cotizados a la Seguridad Social de los periodos de dedicación a la actividad sacerdotal, de religiosos secularizados de la Iglesia Católica, y un informe sobre medidas en materia de Seguridad Social. En Trabajo, los socialistas tuvieron que acordar también todas sus iniciativas con el resto de los grupos para que salieran adelante. El PNV logró que se aprobara una suya sobre la actualización de la cuantía mínima de las pensiones, a pesar de que el PSOE votó en contra. Junto al PP Lo dicho: mañana de infarto y delirio para los socialistas, que por la tarde, en pleno, volvieron a sufrir lo suyo. Al menos, esta vez no perdieron votación alguna, aunque para ello tuvieran que apoyarse en los votos de los populares. Así, el pleno logró tumbar con el voto en contra de PSOE y PP la toma en consideración de una proposición de ley que llegó del Parlamento de Cataluña y que pedía la modificación del Estatuto de los Trabajadores para que aumentara el Salario Mínimo Interprofesional. Lo mismo ocurrió con la propuesta de ERC-IU-ICV sobre la disponibilidad de la propia vida o eutanasia, que fue rechazada otra vez con la suma de los votos de socialistas y populares. Minutos después, el PSOE acordaba con ERC y CiU una proposición no de ley para que Cataluña gestione la recaudación del 0,7 por ciento del IRPF que se destina a fines sociales en la Declaración de la Renta. Los catalanes lograban también en pleno, tras aceptar una enmienda del PSOE, que saliera adelante una moción que emplaza al Gobierno a presentar antes de seis meses un informe para facilitar el acceso al Fondo de Alimentos.