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El síndrome de Diógenes
El problema de la Cañada Real Galiana parecía casi resuelto tras el acuerdo del Gobierno, la Comunidad y los Ayuntamientos afectados, esto es Madrid, Rivas y Coslada. En realidad lo que se ha resuelto es el problema jurídico, es decir, el de la afección del suelo y con él, el problema de propiedad y la legalización de una infra-ciudad, que tenia vida propia dentro de uno de los núcleos urbanos más desarrollados del mundo.El reto verdadero llega ahora, porque lo que hay que afrontar, es como resolver el fracaso social que subyace bajo las tabernas, las viviendas y la urbanización ilegal de la Cañada. Marginación social, drogas y desintegración de la sociedad madrileña, que ni mucho menos afectan sólo a este paso de ganado, han convertido la Cañada en un símbolo.La lluvia ácida de las drogas y de la desesperación recorre todo Madrid, y Madrid no será una gran ciudad si sus autoridades no se preocupan de buscar soluciones al problema humano y de regenerar la necrosis de marginalidad que su tejido genera. Esa y sólo esa, es la verdadera labor que no ha hecho más que comenzar, y que necesita de toda la capacidad de consenso e imaginación de las administraciones y los partidos políticos.De no ser así, lo único que habremos conseguido es cambiar caminos por viales, habremos escondido de nuevo la basura bajo las alfombras, pero no dejaremos de ser una Comunidad con el síndrome de Diógenes.
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