Desapariciones
En busca de los miles de españoles desaparecidos
MADRID- Angustias sigue sin saber, 22 años después, qué fue de su hija, de 14, cuando una tarde quedó con sus primas. Menos tiempo lleva la familia de Ana, que tenía 32 años y se recuperaba de una depresión por su divorcio cuando desapareció en 2004. Mientras, Visitación llora la ausencia de su esposo, que sufría pérdidas de memoria, y del que no tiene noticias desde 2000. Así, hasta casi 7.000 historias. O al menos esa es la cifra de desaparecidos en España que asegura el sociólogo Rafael Reina, en un estudio supervisado por la Universidad de Barcelona y la Universidad Autónoma de la Ciudad Condal. Dos años empleó en elaborar un texto inédito: el número de desaparecidos hasta 2005, según datos de la Policía, Guardia Civil y Mossos d¿Esquadra. Hasta esa fecha, hay 6.700 denuncias pendientes de resolución, aunque no están todas las que son: la Ertzaintza no quiso participar. Apasionado de la fotografía y especializado en la sociología visual («es una disciplina por la cual se dan validez a las imágenes como si fueran estadísticas», comenta), Reina empezó a interesarse por las familias de los desaparecidos retratándolos a ellos y su dolor (las imágenes que acompañan este reportaje son suyas). Con este estudio, pensó «que podía ayudar» un poco más. Margen de error mínimo Y así ha sido. Aparte de crear un registro por provincia («los Cuerpos de Seguridad sólo se cruzan datos en casos de terrorismo», dice), el sociólogo ha empleado un sistema de series temporales (las mismas que se usan para calcular el IPC) para pronosticar las personas que podrían desaparecer hasta 2014. De seguir así la progresión, en esa fecha se alcanzarían casi las 16.000. «El margen de error es del 0,05%», dice. El estudio recoge también características de las desapariciones. Por ejemplo, que en los meses de verano hay un repunte, muchas veces protagonizadas por inmigrantes. «La Policía afirma que, en ciudades como Gibraltar se produce un incremento debido a que muchos jóvenes se escapan de los centros de menores». Además, con sus pesquisas constató las deficiencias de nuestras autoridades en cuanto a la búsqueda de desaparecidos. Sobre todo por la «falta de medios que los propios cuerpos reconocen». Taras que también señalan las asociaciones de familiares. Inter-SOS logró que el Congreso de los Diputados fijara el 9 de marzo como el Día Nacional de las Personas Desaparecidas sin Motivo Aparente. De esta forma, la asociación celebró un acto simbólico en el Centro Cívico Sant Jordi Ribera Baixa, en Barcelona. Juan Bergua fundó Inter-SOS hace ahora 11 años, poco después de que dejara de tener noticias de su hija Cristina, de 16. Inter-SOS dobla la cifra del estudio: calculan que hay 14.000 desaparecidos. Sólo los datos de la Policía Nacional, a fecha de 2006, apuntaban que había 8.343 personas. «En diez años se han realizado más de 212.000 denuncias. La Policía afirma que se resuelven en torno al 99%. Pero queda el 1% restante», comenta Bergua. No obstante, la Policía mantiene que las desapariciones inquietantes no llegan a 200. Inter-SOS, presidida por Manuel Jaime, reconoce algunos avances. «Hay más coordinación entre las autoridades y, desde hace dos años, ya están cruzando datos de desaparecidos», dice Bergua. Pero no comparten el protocolo de búsqueda, como la espera de 24 horas para estar oficialmente «desaparecido». «No existe ninguna ley que lo imponga. Deben analizar la situación: con unas preguntas, un policía ha de estar capacitado para saber si le están diciendo la verdad», comenta. Y es que, dice, las primeras 24 horas son cruciales. «Si alguien desaparece el viernes, no puede decirse al familiar que se espere al lunes», como ha pasado. «Exigimos un operativo de búsqueda. Otra cuestión es si el desaparecido es una persona reincidente». Si no hay pistas, el caso se archiva en un mes. Salvo los desaparecidos con «tirón mediático», como afirma Reina. «Si en vez de un niño es un señor 40 años, algún agente ha dicho a la familia: ¿Es mayor de edad y puede hacer lo que quiera¿», asegura Bergua. A veces, «son los propios familiares los que aportan las pruebas», dice Reina. Más de un padre desesperado se ha dejado sus ahorros en ayuda externa, como detectives y videntes. El propio Bergua contrató a tres detectives, algo que no recomienda. «Son investigadores, no buscadores de personas. Les pagas una semana desplazamiento y manutención y pueden venirte sin una pista». Otra cuestión son las pruebas de ADN. En la actualidad, hay unos 3.000 cadáveres sin identificar que podrían ser de alguno de esos 14.000 desaparecidos. Así, se pueden tomar muestras de ADN del familiar y cotejarlo con el del cadáver. La asociación asegura que, de 1998 a 2008, sólo se han cotejado 188 restos. «Es un proceso largo y hay poco presupuesto. En el laboratorio científico de la Policía sólo hay tres biólogos», comentan. ¿Y cuándo se dan a conocer los resultados? El propio Bergua se hizo las pruebas en 1997. Hoy sigue esperando. Reina también ha conocido dos casos de familias que, tras denunciar la desaparición y encontrar se el cuerpo, éste no les ha sido devuelto hasta un año después. ¿El motivo? «Que en Madrid se encuentra el único laboratorio que analiza restos». Ahora se abre un nueva esperanza para familiares de los desaparecidos después de que el Ministro del Interior anunciara el martes la creación de una base de datos de desaparecidos, con lo que se persigue resolver casos de personas en paradero desconocido desde hace tiempo y cuya situación no ha podido ser aclarada por la Policía.
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