Bruselas

«Esto no es `Fama¿ es danza»

La Razón
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-¿Siempre ha querido ser bailarina?

-Desde pequeña me ha gustado lo artístico, comencé con canto y gimnasia artística pero era demasiado alta así que me decanté por la danza. Tenía once años y desde entonces quedé encantada y quise ser bailarina.

-Se fue con 18 años a Bruselas y ahora es codirectora de una compañía de danza ¿Cómo ha sido su periplo profesional?

-Empecé estudiando ballet clásico y me fui a Bélgica a la Escuela del Mudra con Maurice Bellart. Después estuve en la escuela de formación profesional de ballet contemporáneo de Bruselas, que estaba dirigido por Carmen Larumbe, la coreógrafa navarra. Estuve diez años como su mano derecha y, al fallecer Carmen, regresé a España y fundé con su hijo, Juan de Torres, la compañía Larumbe Danza en Madrid, en 1996.

-¿Cómo es el estilo de Larumbe Danza?

-Tenemos un estilo muy propio y peculiar en danza contemporánea. Es difícil encasillarnos porque investigamos y vamos incorporando recursos de otras disciplinas como el teatro, la voz, multimedia y una línea vanguardista. Siempre renovándonos.

-Desde 2002 sois la compañía residente en el Ayuntamiento de Coslada. ¿Qué hacen para sorprender cada año con nuevos espectáculos?

-Trabajamos para adultos, jóvenes y niños. Cada año realizamos una producción específica para uno de estos colectivos alternativamente. La última fue «Azul o el ritmo de la vida», dirigida a niños pero muchos padres pedían una versión para adultos, es para toda la familia.

-¿Los niños son un público muy exigente?

-Los niños están encantados con nuestros espectáculos porque les planteamos cuestiones de la vida pero con una visión muy lúdica y eso les llega y reaccionan fenomenal. Una vez tuve a dos niños de dos años sin parar de saltar de la silla.

-También es profesora y ahora da cursos por los institutos públicos de la Comunidad de Madrid ¿Qué le piden los adolescentes que les enseñe?

-Les hablamos de la danza, hacemos un taller de movimiento que es realmente difícil –es un reto y un logro hacer moverse a chavales de quince años– y luego vienen a ver un espectáculo. Durante todo el mes de febrero hemos hecho una representación especial para adolescentes que une danza y poesía. Se llama «Mi cuerpo es un poema» y ha tenido mucho éxito porque, además, al terminar charlamos con ellos sobre qué les ha parecido.

-¿Y qué comentan?

-Una vez un chico preguntó si salíamos en televisión. Yo le respondí preguntando si les gustaría que en la tele hubiese más danza y me contestaron un rotundo «¡Sí!». Pero les digo, ¡ojo! que no estáis aquí para ver «Fama», somos bailarines profesionales que trabajamos mucho y profundamente durante años no estamos simplemente tres meses levantando la pata.