Europa mira la subida de impuestos como medio para salir de la crisis

BRUSELAS. Como advirtió esta semana el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, aunque se haya terminado la caída libre, todavía estamos en medio de la tormenta. El consumo es uno de los enfermos más graves en esta recesión, por eso no son pocos los que desde las capitales se ven tentados a reducir ligeramente la presión del IVA para revitalizar la demanda interna. En este sentido, la UE dio algunos pasos, al aprobar sus ministros de Economía el pasado marzo una extensión del tipo reducido del IVA en los servicios que requieren una mano de obra intensa, con una lista que incluye tareas como la reparación de bicicletas o la limpieza de cristales. Además, cada país logró colar algunas peticiones particulares, siendo la reducción del IVA en los restaurantes de Francia una de las que más batalla planteó, y que tras años de lucha consiguió imponer Sarkozy, pese a la oposición de los alemanes. Sin embargo Suecia, que ocupa la presidencia rotatoria de la UE, volvió a reabrir el debate el mes pasado al apuntar una línea contraria. «Necesitamos subir impuestos y recortar gastos, en lugar de aumentar los estímulos», dijo su primer ministro Fredrik Reinfeldt. En la misma línea, sus vecinos finlandeses reclamaron una subida de impuestos coordinada en toda la Unión para evitar una espiral de competencia fiscal entre los Veintisiete. «Sería ilusorio creer que todo el reequilibrio -de los presupuestos- se puede hacer sólo por el lado del gasto. La presión fiscal global también deberá aumentar», indicó su primer ministro Matti Vanhannen al Financial Times. Los analistas no creen que vayamos a presenciar una subida del IVA a corto o medio plazo, como defiende Fredrik Erixon, director del Centro Europeo para la Economía Política Internacional (ECIPE, en inglés). Recuerda que «políticamente es una decisión muy difícil», aunque no la descartaría en casos como el español, donde la sostenibilidad de las cuentas públicas a largo plazo corre peligro. Además, opina que nuestro país es un buen candidato por el elevado consumo interno que ha registrado en los últimos años. En sentido contrario, Erixon considera que, en medio de la tormenta de la recesión y con las finanzas públicas comprometidas por los planes de estímulo, no hay espacio para nuevas bajadas de impuestos. Los países de la UE ya han empezado también a pensar en mejorar el marco fiscal a medio plazo para empezar a pavimentar la estrategia de salida, que debe devolver las arcas públicas al déficit controlado que establece el Pacto de Estabilidad Europeo en los próximos años.