La Paz
Evo presiona con una huelga de hambre
El presidente Evo Morales nunca se caracterizó por ser muy ortodoxo a la hora de conseguir sus metas. Coincidiendo con la Semana Santa el mandatario decidió emprender su propio Vía Crucis y declararse en huelga de hambre para presionar al Congreso. Morales comenzó el ayuno ayer en compañía de dirigentes sindicales y sociales, en protesta por la tardanza del Parlamento en aprobar una ley electoral, un hecho que pone en riesgo las elecciones generales del 6 de diciembre. «Frente a la negligencia de un grupo de parlamentarios neoliberales, (estamos) obligados a asumir esta medida» del ayuno voluntario, dijo el líder cocalero en un discurso pronunciado desde el palacio de gobierno en La Paz. El presidente acotó que «es el mejor momento para obligar al Congreso Nacional, a esos senadores de oposición, a que aprueben (la nueva ley), es el pedido clamoroso de nuestros hermanos, campesinos y trabajadores». En líneas generales, la oposición rechaza el proyecto del oficialismo porque considera que es un «traje a la medida» para que Morales consiga ser reelegido en los próximos comicios. De aprobarse la nueva ley electoral, Evo Morales intentaría ganar un nuevo mandato hasta 2015. Sin embargo, y a pesar de que ayer se agotó el plazo de 60 días que establece la nueva Constitución, vigente desde el pasado febrero, no hay acuerdo. Mientras el Parlamento bicamaral discute la nueva norma, una comisión especial, integrada por el vicepresidente del país y el presidente del Congreso, Álvaro García, los presidentes del Senado y la Cámara de Diputados y legisladores buscan diversas fórmulas para allanar las divergencias surgidas y llegar a acuerdos. Esas diferencias tienen relación con un nuevo empadronamiento de más de 4 millones de personas, como demanda la oposición y rechaza el oficialismo, limitaciones al voto de bolivianos residentes en el extranjero y la reducción a menos de 14 en el número de escaños para pueblos indígenas. En cuanto a una posible fecha para llegar a un acuerdo, el propio García Linera calculaba que seguirían sesionando hasta las «tres de la tarde del Viernes Santo» (la hora bíblica de la muerte de Cristo), cuando votarán para aprobar el proyecto oficialista de la ley electoral. Más allá de las discrepancias, la huelga de hambre que Evo Morales encabeza podría ser una estrategia de Morales para incentivar la renuncia masiva de los parlamentarios oficialistas. El cierre del Congreso dejaría sin quórum al poder legislativo y posibilitaría que el presidente Morales lleve adelante las elecciones por decreto. Una jugada ya utilizada en anteriores ocasiones por el gobernante.
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