Crítica de cine

«Falstaff» se divierte en Múnich

Las Comadres de Windsor son escocesas en esta versión
Las Comadres de Windsor son escocesas en esta versiónlarazon

Festival de Múnich«Falstaff», de Giuseppe Verdi. Solistas: Ambrogio Maestri, Anja Harteros, Michael Volle, Marie

Nicole Lemieux, Elena Tsagallova. Director Musical: FabioLuisi. Bayerische Staatsoper. Múnich.Corresponde este año a Verdi el honor de cerrar la programación del Festival de Múnich, tras una tradición de 30 años consistente en que el cierre lo ponía Wagner con sua «Maestros cantores». Esta producción de «Falstaff» tiene ya ocho años, aunque no se reponía desde la edición de 2005 con Zubin Mehtam en el foso. Es divertida, simple y sin mayores pretensiones que convertir a las Comadres de Windsor en las de Escocia. La dirección de Fabio Luisi fue un tanto irregular, y daba la impresión de haber faltado ensayos. En el reparto vocal estaba Ambrogio Maestri en el Pancione, que resulta demasiado joven para el personaje, aunque tiene una larga experiencia desde que Riccardo Muti lo eligió para la Scala con apenas 25 años. Anja Harteros fue una Alice Ford de auténtico lujo. Está en un momento óptimo. Jovialidad contagiosaDestacado vocalmente y demasiado histriónico el Ford de Michael Volle, que ha cambiado este año Beckmesser en Bayreuth por este montaje de «Falstaff». Magnífica la Mrs. Quickly de la canadiense Marie Nicole Lemieux, de una jovialidad contagiosa. Muy interesante la joven Elena Tsagallova en Nanetta, mientras que Daniil Shtoda demostró ser un tenor para grabaciones de estudio y no para teatro, ya que tiene la voz que no sale del escenario. Ha sido una agradable manera de concluir esta última parte del Festival, en el que hay que destacar sobre todo una excepcional «Ariadne auf Naxos» en una espectacular producción de Robert Carsen y con dos maravillosas sopranos, Diana Damrau y Adrianne Pieczonka, quien nos ofreció también una inolvidable e inigualable Desdémona en «Otello» acompañando a Johan Botha, uno de los pocos tenores actualmente capaces de enfrentarse a este personaje. «Idomeneo» en el bellísimo Teatro Cuvillies, donde se estrenara en 1781, fue una experiencia para recordar, con un reparto muy equilibrado y un Kent Pagano que ofreció la versión de la ópera tal como se estrenó. El resto de los títulos verdianos han tenido altibajos, aunque contó con la sorprendente magnanimidad del público, cuya bondad se convirtió en auténtica santidad en el bochornoso concierto que ofreció la diva Angela Gheorghiu, que resultó digno de ser ofrecido en cualquier localidad festiva veraniega.