Buenos Aires

Funes asume el poder en El Salvador lastrado por un programa imposible

Con fuertes críticas al presidente saliente, Antonio Saca, y con una crisis galopante, Funes asumió ayer el cargo.

Funes asume el poder en El Salvador lastrado por un programa imposible
Funes asume el poder en El Salvador lastrado por un programa imposiblelarazon

Otro país del continente americano que gira a la izquierda. El ex periodista y líder del Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN), Mauricio Funes, asumió ayer su cargo como presidente de El Salvador. El acto, que estuvo presidido por la Asamblea Legislativa y contó con la presencia de los Príncipes de Asturias, fue catalogado como una jornada histórica para la democracia del país centroamericano desde la firma de los acuerdos de paz, en 1992, cuando acabó la guerra civil.
Con la investidura de Funes se cumple un sueño de la izquierda salvadoreña, que comenzó en 1932, cuando el Gobierno militar de turno aplastó a un incipiente movimiento estudiantil y campesino. El presidente electo anunció que su Gobierno tomará «el camino de la austeridad y de la racionalidad en el gasto público» y anticipó que realizará recortes en el presupuesto, pero sin tocar el gasto social.
«Vamos a heredar un Gobierno desfinanciado y sin los recursos suficientes para alcanzar nuestras metas», advirtió el mandatario electo, que manifestó las desavenencias con el Ejecutivo saliente por la rendición de cuentas brindada por el ex presidente, Antonio Saca, con balances más positivos sobre la situación actual de la economía salvadoreña.
A lo largo de estos 77 años, el más pequeño de los países de Centroamérica atravesó sucesivos gobiernos militares, una guerra civil que se cobró la vida de miles de personas y dos décadas bajo la administración del partido conservador, la Alianza Republicana Nacionalista (ARENA).
Sin embargo, Funes –que cuenta con un índice de aprobación popular del 81por ciento– heredará un país en recesión y con una economía en crisis. Además, la derecha logró unirse en el Congreso, por lo que los desafíos para la izquierda gobernante comenzarán desde el primer día.
El nuevo mandatario salvadoreño deberá afrontar tras su asunción graves problemas, como la pobreza y el subdesarrollo estructural, la aguda violencia social y el impacto negativo de la crisis económica y financiera global.
Durante la presentación de su Gabinete económico, Funes explicó que recibe un país con problemas y con un Gobierno desfinanciado. El déficit fiscal del país suma alrededor de 900 millones de euros, casi el doble de lo previsto por el Gobierno saliente.
«En el camino nos hemos ido dando cuenta de que no recibimos al país tan bien como nos dijeron», afirmó el presidente electo. En El Salvador, el 40 por ciento de la población de un total de 5,7 millones de habitantes son oficialmente pobres, mientras que 1,2 millones sobreviven de la economía informal. En los últimos cuatro meses, los hospitales públicos sufren de desabastecimiento de medicinas por la falta de pago a las farmacéuticas.
Las gasolineras nacionales han denunciado a la Policía Nacional Civil por la falta de pago por provisión de combustible y algunos proyectos de infraestructura vial han sido paralizados por las fuertes deudas acumuladas con los constructores.

Para empezar, promesas incumplidas
Aunque Funes anticipa que algunas medidas que prometió durante la campaña electoral ya no son aplicables ante el panorama actual, insiste en que cuenta con un plan para afrontar la crisis que dará a conocer en los primeros días de Gobierno.
Los planes insignia de la plataforma electoral de Funes fueron el programa «Fábrica de Empleos», con el cual crearía 26 mil plazas de trabajo a corto plazo; el programa «Ciudad Mujer», con microcréditos y asistencia técnica para la población femenina; y la inversión de 800 millones de euros anuales en proyectos de vivienda y de infraestructura vial en el interior del país. «Siempre dije que buscaría soluciones con creatividad», dice Funes al referirse a los acercamientos que ha tenido con Venezuela y Brasil, cuyos gobiernos han ofrecido vías de financiación a cambio de producción agrícola y de participación de empresas nacionales, respectivamente.
 
Las frases
Herencia: Nos dan un Gobierno desfinanciado y sin los recursos suficientes para nuestras metas. No recibimos el país tan bien como nos dijeron»
Austeridad:«Vamos a gobernar en medio de una crisis. Tomaremos el camino de la austeridad y de la racionalidad en el gasto público»
Momento histórico: «Tras muchos años, es nuestro turno y nuestra responsabilidad; el pueblo salvadoreño nos está mirando y nos juzgará