Comunidad de Madrid
Halcones contra las palomas «urbanitas»
Madrid reintroduce tres polluelos peregrinos en la azotea de Torre Europa
Las palomas «urbanitas» tienen los días contados. Una exageración sí, pero también algo que gustaría a más de uno. Y como todo extremo es negativo, también los es que en algunos barrios uno ya no sólo no pueda tender la ropa en los patios interiores, sino que no pueda ni abrir una rendija sin que se le cuele una paloma. Y no es una exageración. Soluciones buenas hay muchas, malas más. Una buena forma sería que los trozos de pan se usaran para hacer torrijas, no importa que no sea Semana Santa. Otra, lograr la recuperación de sus depredadores, como el halcón peregrino, una especie clasificada como vulnerable en la Comunidad de Madrid.
Con el fin de recuperar la población de esta rapaz, la región ha seleccionado tres polluelos de halcón peregrino a los que ha introducido en jaulas artificiales colocadas en diferentes puntos de la ciudad, en este caso la azotea de Torre Europa, uno de los rascacielos del complejo de AZCA. Hasta allí se acercaron Manuel Beltrán, viceconsejero de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid, y Luis del Olmo, director gerente de la Fundación para la Investigación y Desarrollo Ambiental (FIDA).
Se trata de la técnica conocida como «hacking»: metes los polluelos en jaulas para acostumbrarlos al entorno, en este caso la ciudad, y una vez adultos los sueltas. Esta iniciativa forma parte del Plan de Introducción del Halcón Peregrino en Núcleos Urbanos, con el que se pretende mejorar su población que en los últimos años, según la Consejería, ha sufrido un retroceso del 25 por ciento.
¿Demasiado alto?
En concreto, hay 11 parejas reproductoras en la sierra, ocho en campiña y tres en el centro de la ciudad. Bueno... tres o cuatro según la fuente y el año de avistamiento. «Hoy hay localizadas cuatro parejas en el centro de la ciudad: una en la M-30, por el barrio de Pilar de Chamartín, otra en el Pirulí, otra en el Museo de América y otra cerca del Hospital Gómez Ulla», asegura Blas Molina, técnico de la Sociedad Española de Ornitologia (SEO/BirdLife).
Ahora bien, el lugar no es para todos el indicado. «Está demasiado alto. Desde la azotea de un rascacielos pocas palomas podrán ver y se trata precisamente de que se familiaricen con el entorno», explica Alejandro Sánchez, director ejecutivo de SEO/BirdLife. No opina así, Del Olmo, que asegura que «el año pasado hicimos lo mismo en Torre Europa pero con ocho ejemplares y sabemos que al menos cinco de ellos se han adaptado perfectamente».
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