Castilla-La Mancha

Integrar la Eólica en la naturaleza

«El mejor negocio para la economía española», como se autodenomina el sector, registra una conciencia verde en aumento entre fabricantes y promotores que desean armonizar su actividad con el medio natural en el que se desarrolla. 

Integrar la Eólica en la naturaleza
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Son conscientes de que las ventajas medioambientales han sido un argumento principal para el desarrollo de la energía eólica –que evitó la emisión de 18 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2) en nuestro país en el año 2007– pero también de que, como toda actividad humana, tiene un impacto ambiental. «Aunque éste es mucho menor que en otros sectores debemos todavía mejorar cosas», afirma Sergio de Otto, coordinador del grupo de estudio que la Asociación Empresarial Eólica (AEE) ha creado para conocer el impacto real del sector sobre el medio ambiente.
«El hecho de que hayamos pasado de máquinas de 850 kilovatios (kW) de potencia a aerogeneradores de hasta 4,5 megavatios (MW) supone una reducción del impacto medioambiental», aseguraPablo Troya, de la Unidad de Parques Eólicos de Gamesa. Troya explica que «la tendencia es fabricar y montar máquinas cada vez más innovadoras y de mayor potencia, lo que supone que para la misma producción de energía se necesitan instalar muchas menos unidades con lo que el daño sobre la avifauna y la flora se reduce de forma considerable».
Coincide con este responsable ambiente Antonio Casla, director de ventas de la división eólica de GE Energy España y Portugal, que indica que «con la mera colocación de un aerogenerador de 2.000 kilowatios se sustituyen catorce o quince de los "molinos"de 150 kW».
En concreto, en cuanto al impacto sobre la avifauna, Troya subraya que «los fabricantes están trabajando en el diseño de distintos mecanismos para ahuyentar a las aves de la estela de los aerogeneradores –y evitar así posibles accidentes– como simuladores de túneles de viento, control de carroña o detectores automáticos de parada».
Para el Área de Medio Ambiente de Acciona Energía, «el uso de radares puede resultar un instrumento de gran interés ya que permite obtener información durante el periodo nocturno, en el que las metodologías de control son muy limitadas a la hora de registrar datos». En sus parques, según las mismas fuentes, también «se están utilizando detectores especiales de murciélagos que mejoran los hasta ahora utilizados y permiten un registro continuo de datos, a la altura del buje (es el elemento que se encuentra en la parte frontal del aerogenerador)».
En Texas, Estados Unidos, el parque eólico Peñascal, inaugurado el pasado mes de abril por Iberdrola Renovables, cuenta con un radar que «permite detectar la llegada de grandes bandadas de aves migratorias y parar los aerogeneradores si las condiciones de visibilidad suponen un peligro para éstas», según informa la compañía.
A veces las palas se pintan de otro color. «Se trata de que aumente la visibilidad para que las aves puedan evitarlas ya que se parte de la premisa de que la velocidad de giro de las palas produce el desdibujamiento de sus bordes, lo que, unido a que pueden asemejarse al color e iluminación del fondo, implica un peligro de colisión para las aves», informan expertos de Acciona.
En cualquier caso, Pablo Troya explica que la mejor manera de minimizar daños es hacer un diseño estudiado y elaborado del parque –ubicación y separación entre las máquinas– respetando los corredores ecológicos y pasos de aves migratorias, conociendo el inventario de aves así como su comportamiento durante la coexistencia con el parque.


Censar aves

Y una vez que la instalación eólica está en funcionamiento, un buen seguimiento medioambiental. Arturo Rodríguez, responsable medioambiental de Iberdrola Renovables en Guadalajara, explica a este semanario que a diario se hace una ruta para vigilar los parques, una visita que es siempre fija, de acuerdo con un protocolo establecido, para asegurar que sea estadísticamente fiable. En concreto, en la provincia de Guadalajara (Castilla-La Mancha) hay cuatro personas «que van a campo» para los 13 parques eólicos que la compañía tiene en la provincia. Día tras día, estos «pajareros» armados con grabadora, prismáticos y cámara van censando todos los movimientos de las aves de la zona.
En esta línea, desde el Departamento de Medio Ambiente de Acciona Energía confirman que han instalado en sus parques cámaras de vídeo para conocer más sobre el comportamiento de las aves y se realizan estudios de seguimientos con emisores vía satélite de especies singulares o con especial sensibilidad de riesgo de colisión como el águila perdicera.
En lo que respecta a la mortalidad de las aves, todas las partes interesadas coinciden en que el problema es que no hay cifras. En este sentido, un estudio preliminar publicado en la revista «Energy Policy» por Benjamin K. Sovacool, estima que las muertes de aves en parques eólicos en Estados Unidos fueron aproximadamente siete mil en el año 2006, mientras que las causadas por las plantas nucleares y las centrales térmicas fueron alrededor de las 327.000 y 14,5 millones respectivamente. Como una primera aproximación, calcula asimismo que cada gigawatio de electricidad producido por hora causó 0,4 muertes en el caso de plantas nucleares y alrededor de 5,2 en el caso de centrales térmicas, mientras que la eólica provocó 0,3 muertes por cada GWh producido.
Respecto a la vegetación de los parques, el hecho de que haya que usar menos aerogeneradores hace también que «la afección a la flora sea mucho menor puesto que los viales y las plataformas se reducen en número», hace hincapié Troya.
En este sentido, mientras hace años se utilizaban distintas «"playas de trabajo"–explanada en la que aparcan los camiones y se acopia el material– alrededor de la posición definitiva donde va el aerogenerador, ahora se empleauna "playa"mayor común para todo el parque eólico y se hacen pequeños transportes desde ésta a "playas"más pequeñas a pie de máquina», explica Antonio Casla.


Otras mejoras

Recuerda también Casla, que se ha pasado de hacer cimentaciones más anchas a hacerlas más profundas, para afectar menos superficie. Además, «los aerogeneradores se enclavan en el suelo mediante una pieza denominada "virola"que a su vez va anclada a la zapata hecha a base de hormigón». «Este material, al contrario de lo que se piensa –indica Troya–, es un residuo inerte y, por tanto, el impacto medioambiental es muy reducido».
La reconstrucción paisajística se contempla en los programas de vigilancia ambiental de los parques. «Para ello –explican desde Gamesa– se aplican diferentes métodos como la hidrosiembra o la plantación directa, en la que se utilizan especies autóctonas de modo que el resultado sea una imagen similar a la que existía anteriormente».
Por último, entre los avances hechos para hacer frente al riesgo de posibles vertidos de aceite, usado en los transformadores y sistemas de «pitch» –que permite acomodar las palas a las características del viento– la compañía GE Energy utiliza transformadores secos y ha desarrollado un sistema de «pitch» eléctrico que no necesita aceite como sí los hidráulicos.