José Bono: «La moral va por un lado y las ideas partidistas por otro»

El presidente del Congreso de los Diputados participó ayer en el curso de verano «Ética y Futuro de la Democracia», organizado por la Fundación García Morente y la Universidad CEU San Pablo, donde pronunció la conferencia «La Transición democrática en España». Bono, que se definió como «socialista, patriota y autónomo», afirmó que «la fe no es un certificado de posesión de la verdad», al menos en el ámbito público. Por eso, alabó la figura del cardenal Tarancón por «decir no a un partido demócrata cristiano» que representase a los católicos en la vida pública. Y añadió: «Lamento que la Iglesia tenga partido. Yo soy de Tarancón».

En dos ocasiones se negó el político a responder sobre la cuestión de la reforma de la Ley del Aborto que prepara el Gobierno de Zapatero: «No he venido a ser interrogado», afirmó Bono, «pero tengo una posición personal que no pienso dogmatizar ni imponer: no soy partidario de que una mujer que aborta en determinadas circunstancias vaya a la cárcel», afirmó, entre los murmullos de asombro del público. Y, aunque no fue interrogado sobre el asunto, tampoco quiso desaprovechar la oportunidad de negar que pertenezca a la masonería. El presidente del Congreso aseguró que, en su opinión, «la moral va por un lado y las ideas partidistas por otro» y añadió que «somos libres de sentirnos cristianos», aunque «separados» de los que están «instalados» en el dogma.

«Mi religión es la del amor», afirmó, «y me importa más el componente de fe que el componente dogmático». En la misma línea, al definirse como socialista, manifestó que «las creencias no son trasladables a la política» y que, en concreto, los socialistas «no tenemos catecismo ideológico». Bono aseguró que para algunos resulta «molesto, tanto de un campo como de otro», ya que «muchos creen que un buen socialista debe ser ateo. Siento defraudarlos», concluyó.

Ideologías-religión

 Poco antes de que Bono pronunciara su conferencia, el arzobispo de Granada y presidente de la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe, monseñor Francisco Javier Martínez, había sido el encargado de inaugurar el curso, con la ponencia «El pensamiento de la Iglesia sobre la Democracia». Monseñor Martínez alertó de la «amenaza del agnosticismo», que se traduce en que «una democracia sin valores se convierte en un sistema totalitario visible o encubierto», afirmó.

El prelado quiso trasladar «al terreno moral el asunto de la democracia». Desde este punto de vista, afirmó que «se puede construir un mundo a espaldas de Dios, pero se vuelve automáticamente contra el hombre». Así, recordó que liberalismo, socialismo y nacionalismo se convierten en «ideologías-religión» porque, al desterrar a Dios de la realidad humana, el hombre necesita algo que llene el vacío que deja.