La «cruzada» del lendakari

MADRID- Cuarenta días. Ése es el tiempo que ha tardado ETA en demostrar al nuevo Gobierno de Patxi López que no es bienvenido por los terroristas. Lo ha hecho, como siempre, con el único lenguaje que domina: el de la violencia. Con el asesinato del inspector de Policía Eduardo Antonio Puelles, son ya 180 los agentes abatidos por la banda, pero el de ayer no es sólo el séptimo atentado mortal desde la ruptura de la última tregua sino, sobre todo, el primero desde la llegada del político socialista a la Lendakaritza.

El mensaje de la organización terrorista no es casual. En los últimos tres meses, y tras la histórica victoria electoral del PSE, ETA ha reaccionado airadamente a la alianza entre los socialistas y el PP, que dos pistoleros de la banda calificaron, en una entrevista en el diario «Gara», como «alianza fascista española». Los terroristas ya avisaron entonces, apenas dos semanas después del cambio de Gobierno en el País Vasco, de que ETA se había puesto manos a la obra para diseñar «una estrategia política armada eficaz».

En las filas terroristas ha escocido no sólo la llegada de una fuerza «españolista» al Ejecutivo autonómico, sino constatar que, desde un primer momento, Patxi López les tiene en el punto de mira. Primero, situando a Rodolfo Ares al frente de la Consejería de Interior, y, a renglón seguido, afrontando una reestructuración de la Ertzaintza para convertirla en la «avanzadilla» de la lucha contra la banda. El lendakari, sabedor de que encabeza un Gobierno «directamente amenazado por ETA», ha dejado claro que combatir el terrorismo es su objetivo prioritario.

Consciente de que, hasta el pasado marzo, la Ertzaintza llevaba varios años sin desarticular un «comando» etarra, Ares ya puso el dedo en la llaga nada más asumir el cargo: era necesario, resaltó, «intensificar la eficacia» de la Policía vasca en la lucha contra ETA. «Combatir a ETA y a los que les apoyan» es, desde ese mismo momento, su principal reto.

A los pocos días de su toma de posesión, el cambio de actitudes en el País Vasco ya ofrecía una imagen significativa: el lendakari encabezaba en la Academia de Arkaute de la Ertzaintza el homenaje a los 15 agentes del Cuerpo asesinados por ETA entre 1985 y 2001. La respuesta de los terroristas, la de siempre, la de ayer: seguir matando.