Elecciones en Reino Unido

La debacle laborista propicia un cambio de ciclo en Gran Bretaña

La Razón
La RazónLa Razón

El desmoronamiento que, desde hace meses, viene sufriendo el laborismo británico ha vivido esta semana un nuevo, y puede que definitivo, capítulo. A pesar de que el propio primer ministro, Gordon Brown, ha afirmado «ser la persona adecuada» para seguir dirigiendo el país, los acontecimientos que se han sucedido recientemente le han dejado en una situación de fragilidad prácticamente insostenible. Al escándalo de los gastos en el Parlamento británico, que salpicó de lleno a la formación laborista, se ha unido ahora la dimisión de cinco ministros del Gobierno y el complot de cincuenta diputados que han exigido a Brown que abandone Downing Street. Por si esto fuera poco, los resultados de los comicios locales han confirmado lo que vaticinaban los sondeos, dejando al laborismo como tercera fuerza del país, con sólo el 23% de apoyo popular, lo que supone el peor resultado de su historia. Un descalabro sin precedentes que podría tener su continuación hoy, cuando se hagan públicos los resultados de las elecciones europeas. A pesar del último intento de Brown de aferrarse al poder manteniendo en el Gobierno a los aspirantes a sucederle, los británicos han ratificado el fin de un ciclo, dando la espalda a la izquierda y encomendándose a las recetas del Partido Conservador para encarar el futuro.