Nueva York
La investidura presidencial de EEUU una tradición digna de la antigua Roma
Barack Obama se convertirá el martes en el 44 presidente de EEUU durante la tradicional ceremonia de investidura, un ritual digno de la antigua Roma en el que el país celebra por todo lo alto el traspaso pacífico de poder.
La ceremonia arrancó en 1789 con el primer presidente de EEUU, George Washington, quien viajó desde su residencia en Virginia hasta la sede del Congreso, ubicado entonces en Nueva York.
Su recorrido resultó ser una procesión triunfal en la que Washington, el héroe de la revolución en la que EEUU se independizó de Gran Bretaña, fue vitoreado por una entusiasta ciudadanía.
La odisea culminó un radiante 30 de abril en el que las campanas neoyorquinas sonaron durante media hora al arrancar el día y en el que multitudes presenciaron el desfile en carroza de Washington.
El historiador Donald Kennon recordó la pasada semana en un encuentro con la prensa extranjera en Washington que, al igual que tantas otras investiduras, la de Washington tuvo algún que otro contratiempo y no meteorológico, por lo demás frecuentes.
Así, poco antes del juramento, sus ayudantes se dieron cuenta de que no tenían una biblia sobre la que el futuro gobernante quería poner la mano al pronunciar las 35 palabras que según la Constitución todo presidente debe decir para ser considerado tal.
En la desesperada búsqueda de último minuto, se tomó prestada una biblia de una logia masónica que es ahora una reliquia histórica y que ha sido utilizada por otros presidentes, como George H.W. Bush, padre del inquilino saliente de la Casa Blanca.
Las incidencias y curiosidades continuaron, como no podía ser menos, tras el debut del primer presidente.
En los anales de la historia destaca la toma de posesión en Washington, capital del país desde 1801, de William Henry Harrison.
El acto tuvo lugar un frío 4 de marzo de 1841, fecha en la que se celebraron las investiduras hasta 1933, cuando una enmienda constitucional cambió el día al 20 de enero.
Entusiasmado tras haberse hecho con el poder a sus 68 años, Harrison se negó a usar abrigo o sombrero, una decisión que le costó la vida, al contraer una neumonía de la que murió un mes más tarde.
Memorable también fue la primera investidura de Dwight Eisenhower en 1953 que contó con 73 bandas y 59 carrozas y en la que además de caballos hubo elefantes, así como el viaje de Abraham Lincoln en tren desde Illinois hasta la capital estadounidense, parte de cuyo recorrido emuló Obama estos días.
En el anecdotario de las investiduras sobresale otro caso, el de Calvin Coolidge, que asumió el poder en 1923 tras la muerte repentina del presidente Warren Harding, quien falleció a los 57 años de un ataque cardíaco.
El vicepresidente Coolidge se encontraba ese día de visita en el domicilio de sus padres en Vermont, donde no había ni electricidad ni teléfono. Su padre, un notario público, ofició el juramento presidencial a las 2:47 de la madrugada a la luz de una lámpara de queroseno ante los reporteros congregados para la ocasión.
La investidura de Obama promete hacerse también un lugar destacado en la historia, al ser la primera de un presidente negro.
Los actos oficiales arrancarán alrededor de las 11.00 de la mañana (16.00 GMT), cuando Obama se reunirá con el presidente saliente George W. Bush en la Casa Blanca para tomar un café.
Los invitados congregados frente al Capitolio, donde se celebrará la toma de posesión podrán disfrutar, a la espera de que llegue Obama, al son de la Banda de Marinos de EEUU y varios coros.
Tras la llegada de la familia presidencial, el reverendo Rick Warren de California, pronunciará una plegaria y la "reina del soul", Aretha Franklin, interpretará una canción.
Tras el juramento de Joe Biden como vicepresidente y Obama como presidente habrá música militar y 21 cañonazos, que irán seguidos del discurso presidencial.
La ceremonia concluirá con un poema de la profesora de Yale Elizabeth Alexander y una plegaria del reverendo de los derechos civiles Joseph E. Lowery.
El desfile presidencial hacia la Casa Blanca a lo largo de la Avenida Pensilvania, varias fiestas de gala y centenares de eventos paralelos culminarán la histórica toma de posesión.
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