Los Ángeles
La marca de Hollywood
Las hermanas Mulleavy han logrado que las estrellas se peleen por vestir su firma: Rodarte
Ellas prefieren no vestir su ropa; reconocen que es «difícil de llevar». Pero están detrás de la firma fetiche de medio Hollywood, si preferimos no arriesgar demasiado al decir Hollywood entero. Y es que, si con apenas tres años de vida formas parte del calendario oficial de la Semana de la Moda de Nueva York, y alguno de tus vestidos ya ha pisado la alfombra roja de los Oscar, ¿quién duda de tu triunfo? Es la historia de las hermanas Mulleavy, Kate (1979) y Laura (1980), treintañeras y fundadoras de Rodarte, una firma así bautizada por el apellido de soltera de su madre (es de origen mexicano), lanzada en 2005 y que ya se encuentra entre las firmas más «cool» del mundo.Diseñadoras licenciadas Y según parece, no hay trampa ni cartón. No hay un marido productor que «obligue» a sus actrices a ponerse tus vestidos, como en el caso de Marchesa y Harvey Weinstein, dueño de The Harvey Wenstein Company y marido de Georgina Chapman, co-fundadora de la firma. Tampoco tienen detrás un novio llamado Mick Jagger, ni una jugosa agenda de contactos con lo que eso significa –que se lo digan a L'Wrent Scott–. Las hermanas de Pasadena, licenciadas por la Universidad de Berkeley en Historia (Kate) y Literatura (Laura), parecen haber contado con el único apoyo de sus padres, y aun así se han confirmado como el fenómeno más bizarro en la moda de los últimos tiempos. Son autodidactas en diseño y confección, prudentes en sus apariciones públicas y aún muestran una enorme capacidad de sorpresa. «Sinceramente, no podemos creernos lo que nos está pasando», repiten una y otra vez. Pero sobre todo representan el triunfo de la moda más allá de Nueva York, algo que en EE UU tiene más importancia de lo que pueda parecer. De hecho, su reciente distinción con el premio CFDA, concedido por el Council of Fashion American Designers –presidido por Diane von Furstenberg–, así lo ha valorado. Cierto es que su asombrosa técnica, próxima a la alta costura, ha tenido mucho que ver –sus vestidos tienen un precio medio de 8.000 euros–. Pero también lo es que por segunda vez en la historia de estos galardones se destaca a una firma de la Costa Oeste. La primera ocasión correspondió, en 1984, a James Galanos, establecido en Los Ángeles y diseñador de cabecera de Nancy Reagan en su época de primera dama. Todo un hito al que las hermanas pueden sumar alguno que otro más: sus creaciones forman parte de la colección permanente del Metropolitan Museum of Art del Fashion Institute of Technology de Nueva York.Con la primera damaPor si fuera poco, venden en las boutiques más reconocidas del circuito «fashion» como Colette en París o Corso Como en Milán. Anna Wintour (Vogue USA) y Suzy Menkes (Internacional Herald Tribune) no las han hundido –aún– con sus palabras; y Michelle Obama escogió uno de sus vestidos en su reciente encuentro con Rania de Jordania. ¿Algo más? Cuentan que John Demsey, presidente del gigante de la cosmética Estèe Lauder, ya las «ha fichado» para un nuevo perfume –huele a éxito seguro– y, sobre todo, un deseo muy personal: «Poder vender en Mexico DF». Raras, ¿no?
Con estiloNatalie Portman, su clienta más fielYa había vestido con creaciones de las hermanas Mulleavy en ocasiones anteriores. De hecho, fue la primera «celebrity» en hacerlo de forma pública y, por tanto, quien despertó la curiosidad alrededor de Rodarte, hasta entonces una firma totalmente desconocida. Pero su apoyo incondicional a las de Pasadena se confirmó cuando apareció en la gala de los Oscar de este año con un sencillo y precioso vestido rosa chicle aderezado con cristales Swarovski. Y era totalmente exclusivo, ya que la actriz decidió colaborar personalmente en su diseño.
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