La pandemia del siglo XXI por Ana Pastor

Han pasado más de 40 años de la pandemia de gripe de Hong-Kong y como se venía previendo desde hace varios años, aquí tenemos la nueva pandemia: Europa, Asia, Oceanía, América al completo e incluso casos sospechosos en África. La epidemia ya es pandemia. La doctora Chan, directora de la OMS, hizo el anuncio el pasado jueves: «El virus se transmite fácilmente entre personas y entre países». Decisión: elevar el nivel de alerta: fase 6 de pandemia. El cambio de fase, por ahora, no significa un cambio en la gravedad de la enfermedad, no ha empeorado el diagnóstico ni el pronóstico, ni se ha hecho más severa, ni ha aumentado la mortalidad. Pero todo esto con cautela, porque lo que no sabemos es qué va a pasar en un futuro, si va a seguir causando una enfermedad leve o, por el contrario, va a adquirir características más patógenas. Mucho trabajo por delante con un único objetivo, lograr el menor impacto posible en nuestros ciudadanos, que viven en un mundo sin fronteras, tampoco para el virus A H1N1. Es muy importante una vigilancia epidemiológica intensiva y eficaz que permita detectar cualquier mutación, mantener la eficacia de nuestro Sistema Sanitario, información a todos los niveles para que no se genere alarma, coordinación a nivel nacional, europeo y con la OMS pero sobre todo y lo más importante: hay que fijar ya los grupos de población a vacunar y los criterios en relación al uso de antivirales, asunto no menor, para prevenir resistencias. Hay que mandar un mensaje de tranquilidad pero también de trabajo y esfuerzo conjunto y de vigilancia máxima ante tantas incertidumbres científicas. Desde la última pandemia hemos avanzado mucho, pero si el virus muta tendremos que redoblar nuestro esfuerzo.