La pareja

Los españoles hemos fomentado históricamente el enfrentamiento entre dos personajes. Ha habido parejas desde Indibil y Mandonio y no hemos reparado en gastos si el dúo ha tenido que ser entre Lagartijo y Frascuelo, Joselito y Belmonte o Manolete y Arruza. En España es fácil escoger partido. La tradición habla de las dos Españas. Ahora, para no romper costumbre tan arraigada, en algunos medios comienza a surgir la polémica sobre Me- ssi y Robben. En los cincuenta ya se discutió sobre Di Stéfano y Kubala. Toca ahora hablar de extremos. En Madrid, perdida, por ahora, la batalla de la Liga, conviene alimentar calores balompédicos echando leña al fuego de la polémica sobre los valores del argentino y el holandés. Las discusiones que inventamos los periodistas permanecen en los medios si cuaja la controversia. Messi es tan grande que hasta recibe el aplauso de los espectadores a quienes ha amargado la noche, cual ocurrió en el Calderón, recinto destinado a ser pasto del ladrillo. Algún constructor podría tener la idea de colocar una placa que dijera que allí jugó Messi y le marcó tres goles al Atlético. Robben es jugador que se distingue por la rapidez con que lleva el balón y quiebra a los contrarios. Messi es más artista. Dante Panzeri habló de «Fútbol dinámica de lo impensado». De haber llegado a ver a Messi le habría dedicado el libro.