Las cajas abogan por la jubilación a los 70 para recortar el déficit

La reducción del abultado déficit público, que este año superará el 8% del PIB, se ha convertido en el eje central de los informes de instituciones y catedráticos de prestigio reconocido. La Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas) ha sido el último organismo en aportar su granito de arena en la lucha por sanear las cuentas públicas. Concretamente, las cajas apuestan por una revisión profunda del sistema de la Seguridad Social para garantizar la viabilidad futura del sistema de pensiones, que afecta a la línea de flotación del Pacto de Toledo. En su último informe «Cuadernos de Información Económica», abogan por retrasar progresivamente la edad legal de jubilación hasta los 70 años de edad. El profesor Manuel Lagares se muestra partidario de que la pensión pública máxima se revise, como hasta la fecha, anualmente en función del IPC. Eso sí, las prestaciones se calcularían mediante las cotizaciones realmente efectuadas durante 20 o 25 años de la vida laboral.El catedrático propone reducir las cotizaciones empresariales a la Seguridad Social y compensar la merma de ingresos correspondiente con una leve alza de los tipos del IVA. Esta propuesta, en principio, supone, en parte, acabar con el espíritu que rige el Pacto de Toledo, en el que se fija que las pensiones contributivas se financiarán con cuotas sociales y no con ingresos de los impuestos.Lagares completa su receta con una vuelta a los incentivos fiscales anteriores a la reforma del IRPF de 2006 para las aportaciones a los planes de pensiones complementarios y una fiscalidad de las prestaciones de esos planes que se ajuste a la auténtica naturaleza de los rendimientos gravados, diferenciando los que proceden de las aportaciones originales y los que se derivan de los rendimientos del capital mobiliario acumulado.El director general de Funcas, por su parte, recurre a recetas similares para combatir el déficit. Así, propone elevar el IRPF mediante una alza del tipo medio y una reducción de los marginales, así como eliminar la «excesiva generosidad de alguna desgravación sin interés ni económico ni social», como la deducción de 400 euros. Incluso da un paso más y respalda la supresión de la deducción por vivienda. Además, aboga por equiparar la tributación de las rentas del capital, al menos, al tipo medio al que se gravan las del trabajo, «aunque se mantenga la actual eliminación de la progresividad para este tipo de rendimientos. Al igual que el profesor Lagares, considera necesario bajar las cotizaciones empresariales a la Seguridad Social, reducir el tipo del Impuesto de Sociedades y elevar el IVA.